UNIVERSIDAD › CONFLICTO DESPUES DE LA TOMA EN EL COLEGIO NACIONAL DE BUENOS AIRES

Las sanciones de la discordia

Las autoridades de la escuela dependiente de la UBA evalúan amonestar a un grupo de alumnos que participó de la toma el mes pasado. Desde el centro de estudiantes advirtieron que algunos podrían perder la regularidad y organizan una protesta.


La toma terminó, pero el conflicto permanece. El rector del Nacional Buenos Aires, Gustavo Zorzoli, evalúa aplicar 24 amonestaciones a los alumnos que participaron de la ocupación de la escuela el 11 de julio pasado, por haber provocado daños en las instalaciones del bar y haber robado parte de la mercadería, según sostienen las autoridades de la institución. Se basan en las cámaras de seguridad de la escuela, que habrían detectado a los alumnos presuntamente involucrados. La concesionaria que gestiona el buffet denunció el hecho y el rector salió a advertir la posibilidad de las sanciones, aunque –según aclaró ayer– por ahora no se concretaron. En caso de avanzar la medida, los estudiantes avisaron que marcharán el miércoles al rectorado de la UBA, de la que depende el colegio.

“Las autoridades se negaron a discutir las sanciones en el Consejo de Convivencia del colegio, por lo cual las van a establecer de forma arbitraria en los próximos días”, dijo Matías Mlotek, miembro del centro de estudiantes del colegio. Las amonestaciones, en rigor, deben pasar por el Consejo, aunque el mandato del cuerpo no es vinculante. Integrante de la Federación de Estudiantes en Lucha, Mlotek señaló que hasta el momento hay nueve alumnos que podrían recibir sanciones y que algunos podrían quedar libres “si pasan las 24 amonestaciones y media permitidas” para conservar la regularidad.

Las probables sanciones se deben a que las cámaras de seguridad del colegio habrían detectado a los alumnos robando mercadería del bar durante la toma del colegio. Además, las autoridades encontraron vidrios rotos del buffet, hecho que también atribuyen a los estudiantes. Ayer por la tarde, Zorzoli aseguró que “aún no se han aplicado sanciones” y anunció que hoy mantendrá “sucesivas entrevistas con las familias de estos estudiantes”, y que el próximo lunes los alumnos implicados se reunirán con los vicerrectores y la directora de Orientación al Estudiante.

La toma de julio se originó en reclamo de un bar comedor institucional, financiado por la universidad, entre otros puntos. Zorzoli había manifestado que esos reclamos son discutidos por la Comisión de Seguimiento del Comedor y el Quiosco, que “desde hace dos meses funciona” articulando a “docentes, no docentes y la cooperadora, para mejorar en un plazo de 30 días el funcionamiento del comedor y el bar”. Según difundió el rector, hasta el momento acordaron “garantizar un menú para estudiantes, profesores y no docentes diferente por día, a precio más accesible”, y “precios competitivos respecto de los observados en los establecimientos de las inmediaciones en productos básicos como aguas, gaseosas, alfajores, galletitas y barras de cereales”.

Es que los alumnos cuestionaban que los precios del buffet eran muy superiores al de los productos que podían conseguir en la calle. Incluso, un grupo de alumnos había armado un quiosco paralelo al oficial. Compraban mercadería en mayoristas y las vendían al costo, a veces hasta un 50 por ciento más barato que el bar concesionado. Al respecto, Zorzoli adelantó que “se convocará a la brevedad a la Comisión de Seguimiento para que siga trabajando en el logro de nuevos acuerdos y realice el control de la puesta en marcha de las acciones estipuladas”.

Con reclamos similares, los estudiantes de la Escuela Carlos Pellegrini también habían ocupado el colegio, que desde principios de año carece de servicio de buffet, al concluir la concesión que lo manejaba.

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