UNIVERSIDAD › LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN MARTíN CUMPLE VEINTE AñOS

Una apuesta por la ciencia

El rector Carlos Ruta destaca la experiencia “de innovación” en ciencia y tecnología de la Unsam y el perfil de sus alumnos y graduados.

“La Universidad Nacional de San Martín es la mayor experiencia de innovación universitaria en ciencia y tecnología de los últimos años en la Argentina”, asegura a Página/12 Carlos Ruta, el rector de la Unsam, que este año celebra su 20º aniversario. Ubicada en un partido cuya principal actividad es la industria, la Unsam dedica más del 60 por ciento de sus tareas académicas a la ciencia y la tecnología, lo que la posiciona como referente nacional en esos campos. “Queda un desafío –dice Ruta–: construir un distrito de innovación científico tecnológico público y privado que sea modelo para la Argentina.” A la vez, la universidad también promueve proyectos desde el arte y la cultura: “Queremos transformar el territorio”, agrega el rector.

La Unsam está situada en un predio de cuatro hectáreas, sobre lo que a principios de 1900 era la playa de maniobras ferroviarias de la ex línea Mitre, en San Martín. Desde su fundación en 1992 han egresado más de 10 mil graduados y actualmente estudian 18 mil alumnos. En una gran proporción, se trata de estudiantes cuyos padres no tuvieron la posibilidad de acceder a estudios superiores, como ocurre en otras universidades nacionales del conurbano bonaerense. “Más del 75 por ciento de nuestros alumnos son primera generación de estudiantes, y más de la mitad son de clase media baja”, explica Ruta.

Para esa población, la universidad dicta 148 carreras de grado y posgrado, además de nueve doctorados. Su principal orientación apunta a la formación de ingenieros: la Ingeniería en Energía es la única que se dicta en el país y las ingenierías Biomédica y en Telecomunicaciones son las únicas públicas en el área metropolitana. En ese marco, la universidad ha desarrollado fuertes lazos con los principales organismos de investigación. De esta relación se desprenden institutos de grado, posgrado e investigación junto con el Conicet (el Instituto de Investigaciones en Biotecnológica, cuyos investigadores consiguieron crear una vacuna contra la brucelosis), la CNEA, el INTI, también con el Ministerio de Salud y la Secretaría de Transporte.

Entre las actividades de extensión que promueve la Unsam se destaca Lectura Mundi, un programa de promoción de lectura que incluye la presentación de libros y visitas de renombre internacional. Este proyecto se propone reflexionar sobre las problemáticas contemporáneas de la sociedad: “Uno puede tener edificios, laboratorios, profesores, carreras, pero no tener una universidad. La universidad es mucho más que todo eso. Es también un ambiente de compromiso social de entender la vocación intelectual como una vocación de servicios. Lectura Mundi es un programa que atraviesa todas las carreras. Si nuestras universidades no crean profesionales, científicos, con un alto grado de compromiso social que sean capaces de transformar el territorio, fracasamos”, dice Ruta, doctor en Filosofía.

Otro de los proyectos en marcha es el Centro Universitario General San Martín, un espacio de educación que instala el derecho a la formación superior en contexto de encierro. Funciona en la Unidad Penal 48 del Complejo Penitenciario de José León Suárez, perteneciente al Complejo Carcelario Conurbano Norte. Allí se dictan la carrera de Sociología y un diploma superior en Testing software. Esta diplomatura, que permite que los presos desarrollen capacidades para trabajar con programas informáticos, ganó el Premio Sadosky en el rubro inclusión digital. Además se dictan talleres de formación artística y de formación de oficios. “Muchos alumnos ya han terminando su período de condena y han salido y están terminando su carrera de grado aquí, en la universidad –cuenta Ruta–. El mejor promedio de la carrera de Sociología es un chico que hizo tres años de la carrera en la cárcel y hoy la está terminando en el campus.”

El rector explica que cuando se fundó la Unsam algunos imaginaron que podría ser “un desagote de la UBA”. Sin embargo, para él se distingue de las universidades nacionales más tradicionales. “Nosotros hemos hecho algo totalmente diferente. Nuestra idea es ser capaces de poner en este territorio, que fue diezmado en los años ’90, la mejor calidad de investigación académica para chicos que van a venir. Todo este territorio, que son terrenos baldíos hoy, puede convertirse en un gran distrito de innovación, donde los jóvenes puedan encontrar trabajo de calidad y lugar para desarrollar sus sueños. Ese es el gran desafío.”

Informe: Federico Funes.

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