UNIVERSIDAD › DIáLOGO CON ALUMNOS DEL PROGRAMA DE LA UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES EN LA CáRCEL

“El estudio te despierta”

Los estudiantes internos cuentan sus experiencias en el Centro Universitario que funciona en la cárcel de Devoto, sus reclamos y la necesidad de reinserción social. “Queremos encontrar nuestra propia identidad a través del trabajo y del estudio”, dicen.

El Centro Universitario Devoto funciona en la Unidad Federal Nº 2 de Villa Devoto, donde están alojados 1500 presos y donde el Programa UBA XXII: Universidad en Cárceles lleva más de 25 años fomentando la enseñanza superior en situación de encierro. Página/12 recorrió el pabellón de estudios y dialogó con los internos que se forman en la cárcel. “Queremos un lugar en la sociedad. El estudio te despierta y una vez que te despertás no te podés dormir jamás”, coinciden los privados de la libertad. El centro tiene casi las mismas instalaciones que una facultad tradicional: aulas, biblioteca, sala de computación, espacios de lectura y hasta un centro de estudiantes, donde los internos eligen a sus representantes. También está en formación una cooperativa de trabajo que ellos mismos impulsan.

Para ingresar al pabellón donde funciona el CUD hay que atravesar cinco puertas y pasar por dos patios. Durante todo el trayecto, está presente un representante del Servicio Penitenciario Federal. Sin embargo, al pabellón de estudios no pueden ingresar los agentes del SPF, ya que el espacio universitario es autoadministrado por docentes y alumnos. En el CUD se dictan las licenciaturas en Economía, Filosofía, Sociología, Derecho, Psicología y Administración, además del Ciclo Básico Común correspondiente a esas carreras. El lugar funciona como una verdadera universidad: además de salas de estudios, de computación y la biblioteca, hay un aula magna donde se discuten las problemáticas del centro y una sala para extranjeros, para asesorarlos sobre sus derechos. Fotos del Che Guevara y de Rodolfo Walsh adornan las aulas.

“Uno buscó ganarse la vida robando hasta que se da cuenta que así sos un títere más del Estado. Entonces nos pusimos a estudiar. Ahora, más antropológicos que nosotros, no hay”, dice Norberto, que es el coordinador de la carrera de Filosofía y Letras. Norberto lleva quince años detenido. Otro de los internos que se acerca para cebar unos mates y charlar es Gastón. A él le faltan siete materias para licenciarse en Filosofía y hace mucho que está “adentro”. Encontró en el CUD un espacio para entender la realidad que viven los presos, por eso remarca “la necesidad de trazar nuestro propio camino. Queremos encontrar nuestra propia identidad a través del trabajo y del estudio”. “El pensamiento europeo/occidental –agrega– es egoísta. Descartes te dice vos estás porque yo te pienso. Agarramos la cultura equivocada, depredadora.” Gastón, “Waikiki” para los amigos, además fue candidato a presidente del centro de estudiantes. Por sólo cinco votos no pudo obtener la presidencia.

Muchos de los presos, según cuentan ellos mismos, llevan más de la mitad de sus vidas encerrados. Y coinciden en que el Estado no les garantiza la reinserción en la sociedad una vez en libertad. Es por eso que desde adentro están conformando una cooperativa de trabajo. “De a poco estamos intentando hacer esta cooperativa y otras cosas más, como para de alguna manera poder introducirnos al sistema desde otro lado”, dice Gabriel, estudiante de Administración y del CBC de Derecho y Sociología. “La universidad no te habla de cooperativismo –agrega–. Las carreras de Administración y Derecho no te hablan de igualdad. Es muy triste que yo estudio para ser funcional dentro de la UBA. No ha habido una materia que me haya dicho cosas sobre las relaciones humanas. Te crean para ser funcional, para que vos te puedas manejar y nada más. Por eso estamos creando la cooperativa.” En este sentido, Gastón agrega: “Estamos haciendo el trabajo que tendría que hacer el Estado y, sin embargo, una vez que pisamos afuera tanto el Estado, como el SPF, como la universidad se desentienden de nosotros”, dice.

Muchos de los estudiantes del CUD hablan desde la experiencia, propia o de sus compañeros, los que cumplieron su condena, salieron en libertad y volvieron a cometer delitos. Ellos argumentan que “afuera” la sociedad no les da un espacio. Estudiar los ayuda a reflexionar sobre esta problemática y, según las informaciones oficiales, reduce ampliamente la reincidencia en el delito.

Informe: Federico Funes.

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En el CUD se dictan las carreras de Abogacía, Sociología, Economía, Filosofía, Psicología y otras.
Imagen: Carolina Camps
 
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