UNIVERSIDAD › LA NUEVA UNIVERSIDAD CAMPESINA YA FUNCIONA EN SANTIAGO DEL ESTERO

Con otra lógica académica

Avalada por cuatro universidades nacionales, la Unicam se dirige a los jóvenes de comunidades rurales y de pueblos originarios con una propuesta orientada a la agroecología, desarrollo rural, derechos humanos, música y periodismo populares.

 Por Federico Funes

“Proponemos una universidad con una lógica distinta a la lógica académica de la universidad con alto contenido eurocéntrico”, dijo Angel Strapazzon, coordinador general de la nueva Universidad Campesina (Unicam), impulsada por el Movimiento Nacional Campesino Indígena con el fin de promover espacios de formación para los jóvenes de comunidades rurales y desarrollar así un espacio educativo y productivo con orientación en la agroecología. “Los hijos de campesinos fracasan en las universidades clásicas y por eso hay que desarmar ese contenido y enraizarlo en el sustrato indoamericano de transformación y justicia social”, agregó Strapazzon en diálogo con Página/12. La Unicam es una propuesta que cuenta con el aval de varias universidades nacionales. Se dictarán cuatro trayectos pedagógicos –que cumplen la función de las carreras tradicionales– y se proponen incorporar otras formaciones universitarias, como Medicina y Arquitectura, mientras que ya comenzaron a funcionar diferentes cursos formativos.

Según los datos que manejan desde la organización, la enorme mayoría de la población indígena y de los jóvenes provenientes de pueblos originarios jamás pudieron acceder a las universidades nacionales. “La universidad tradicional no está preparada ni metodológicamente ni políticamente para ellos. No convoca ni entusiasma a estos sectores para convencerlos de que ellos también tienen derechos a títulos universitarios”, sostuvo Strapazzon. Aseguró que la iniciativa de la Unicam cuenta con el aval de las universidades nacionales de La Plata, Quilmes, Córdoba y Río Cuarto: “Hemos logrado que universidades nacionales certifiquen los trayectos pedagógicos y las profesiones que proponemos para avanzar en la soberanía alimentaria, la reforma agraria integral y la unidad de los pueblos latinoamericanos. Los estudiantes van a tener títulos universitarios y no terciarios”, dijo.

Ubicada en la localidad de Villa Ojo de Agua, al sur de Santiago del Estero, casi en el límite con Córdoba, la Unicam ha comenzado a funcionar con talleres y cursos cortos de carácter formativo: memoria histórica de pueblos originarios, salud popular y prevención de la salud son algunos de los ejes temáticos desde los que trabajan las 62 personas que actualmente cursan allí. Para el año que viene, los organizadores estiman que el número ascenderá a 250 personas.

La Unicam tendrá cuatro trayectos pedagógicos: Agroecología y desarrollo rural, Derechos humanos y territorio, Música y cultura popular, y Gestión de medios populares de comunicación (periodismo popular). “No queremos darle un sentido competitivo y por eso no nos parece que haya carreras universitarias a la manera tradicional. La idea es que los trayectos integren la defensa de la cultura campesina, sus valores y las formas de producción en contra de los agronegocios, como es el cultivo transgénico. El avance del agronegocio ha acarreado un proceso de concentración en la producción, la tierra y los recursos naturales que dejaron por el camino a miles de campesinos indígenas, que perdieron la posibilidad de continuar con su actividad”, explicaron desde el Movimiento Campesino (MNCI). Aseguraron que para 2016 pretenden instalar también los trayectos pedagógicos de Medicina, Psicología y Arquitectura, pero con una duración más extensa. Los cuatro trayectos iniciales durarán tres años y medio, más un trabajo de campo, a modo de práctica comunitaria, que será de un año.

La idea de los organizadores es que los estudiantes alternen períodos en el aula y en los territorios, con el fin de fortalecer el vínculo entre el estudiante, la comunidad de base (que es el lugar donde viven), el conocimiento y la acción o práctica transformadora. Se sustentará con dinero proveniente de los movimientos campesinos que conforman la organización y también contará con aportes del Ministerio de Desarrollo Social.

“Voy a seguir Derechos Humanos. Donde yo nací no hemos tenido en consideración los derechos ni en la escuela, ni en la iglesia. Pensamos que no teníamos derechos y después de mucho tiempo sabemos que tenemos derechos y descubrimos que no sólo tenemos derecho a la tierra sino también a la educación y a la salud”, le contó a este diario Marcos Vargas, que va a comenzar a estudiar en la Unicam. Vargas tiene 35 años y vivió toda su vida en el campo, al norte de Córdoba: “Mi mamá se va a sentir orgullosa de ver que estamos aportando a un cambio de sociedad y del mundo. En nuestra universidad van a entrar todos, no importa el color de piel ni la plata”.

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