UNIVERSIDAD › OPINION

El voto directo en Sociales

Por “Nexo” y “Lucía Cullen” *

La Facultad de Ciencias Sociales ha dado un pequeño gran paso por la ampliación democrática en la UBA. Del 27 al 31 de octubre, los alumnos, profesores y graduados y auxiliares docentes de las cinco carreras podrán votar en forma directa a su director. Está claro que la democracia es mucho más que las reglas del juego electoral. Es democrático concursar a todos los profesores, como se viene haciendo, y a todos los auxiliares docentes, como nos encaminamos a hacerlo a partir del reglamento de concursos que recientemente aprobó nuestro consejo directivo. Es democrático tender a la gratuidad de los posgrados para favorecer la formación de los cuadros académicos de la facultad, como se viene haciendo desde el año pasado. Es democrático ampliar los espacios de busca de consensos más allá de los reglamentariamente institucionalizados, como los cuatro plenarios interjuntas de carreras ya realizados. Es democrático vincular a la facultad con las organizaciones sociales, como se hace a través del programa de capacitación que ya va por su segunda edición. Pero también es más democrático que los proyectos para mejorar nuestras carreras se discutan a la luz del día y se pongan a consideración de la comunidad. Este simple cambio del sistema electoral, que hará que en lugar de ser los representantes de los claustros los que tejan acuerdos para ungir a los directores con el resultado electoral puesto sean todos los miembros de los claustros los que decidan directamente, ahora obligará a que esos acuerdos interclaustros sean públicos y considerados en el marco de los proyectos académicos que se sometan a la votación general. Esto es lo que no ha entendido, por temor u oportunismo, la oposición más férrea a este cambio en nuestra facultad encarnada por los profesores y graduados de la antigua gestión Mallimaci y la agrupación que hoy conduce al centro de estudiantes. Argumentan que las candidaturas a director de carrera no deben “interferir” en la libre expresión de los claustros en una adecuación forzada de un planteo supuestamente parlamentarista. Cuando la cuestión es exactamente al revés, son las distintas expresiones políticas de los claustros las que libre y horizontalmente tienen el derecho –y a nuestro juicio, el deber– de construir proyectos académicos y candidaturas para concretarlos. Este es el pequeño gran paso al que nos referimos. Pequeño porque tiene las limitaciones que impone el estatuto de la UBA. Pero grande porque genera mejores condiciones para la profundización democrática de la vida universitaria. Y esa es la lucha en la cual estamos comprometidos, para que este debate que se viene dando en Ciencias Sociales aporte a los que se desarrollen en otras facultades de la UBA. Porque de eso se trata, de construir un proyecto democratizador que alcance al conjunto de la universidad.

* Agrupaciones de graduados y docentes de Ciencias de la Comunicación y de Trabajo Social (UBA), respectivamente.

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