UNIVERSIDAD › EL BALANCE DE LAS AGRUPACIONES DESPUéS DEL ENCUENTRO DE LA FUBA

El congreso que no pudo ser

El frente de izquierda considera que quedó legitimada su conducción de la federación estudiantil, pese a que no hubo quórum para elegir autoridades. La postura de Unidos y Organizados y las acusaciones de los reformistas.

Por segundo año consecutivo, el congreso de renovación de autoridades de la FUBA no alcanzó el quórum para sesionar y la coalición liderada por el Partido Obrero y La Mella seguirá al frente de la federación por un año más. Si bien tanto la conducción de la FUBA como las agrupaciones kirchneristas se mostraron dispuestas a aunar esfuerzos para evitar el avance de las agrupaciones reformistas –a las que ambos sectores identifican como “aliadas de un rectorado en crisis”–, no pudieron ponerse de acuerdo en los términos de la alianza y, finalmente, el kirchnerismo no acreditó a sus delegados, alegando que “la izquierda no quiso que se realice el congreso” y que primó la “mezquindad”. Por su parte, desde el espacio reformista, encabezado por el radicalismo, denunciaron que se presentaron para participar de la votación, pero que les fue negado el ingreso. La autoridades de la FUBA desmintieron cualquier intento de obstruir la votación y, contrariamente, acusaron al resto de los sectores de “boicotear” el congreso del viernes pasado.

“Nos presentamos a las 5.30 en las puertas de la federación para acreditar 56 delegados, pero se nos negó el ingreso. Esto pone en evidencia lo que nosotros ya habíamos manifestado: que no hay garantías”, dijo a este diario el consejero superior Bruno Razzari Brion, de Nuevo Espacio. El dirigente reformista agregó que los inconvenientes fueron asentados por un escribano y difundió un video para respaldar sus argumentos, donde leyendas explicativas se entreveran con fragmentos de video sin audio original, donde se ve un nutrido grupo de militantes frente a la sede de la FUBA, en Uriburu 920.

Desde La Mella negaron la versión: “Ellos vinieron con cuatro referentes de Nuevo Espacio-Franja Morada y cámaras a hacer un acting. Lo que nosotros les pedimos para acreditar fue que primero trajeran las actas de los centros que conducen, que no estaban presentadas, y, sobre todo, que trajeran a sus delegados. Ellos se negaron; querían acreditar ellos cuatro a todos”, explicó Magdalena Chirom.

Por un momento, la intención de llegar a un acuerdo entre Unidos y Organizados y el frente de izquierda hizo vislumbrar la posibilidad de contar con los 66 congresales necesarios para sesionar, pero más temprano que tarde esta vía también se cerró. “Ustedes dicen que la contradicción principal la tienen con el rector Alberto Barbieri y el secretario de Hacienda de la UBA, Emiliano Yacobitti. Ustedes dicen que si ellos avanzan es un retroceso del movimiento estudiantil: ¡hagámoslos retroceder, compañeros kirchneristas! Armemos una lista común para garantizar el congreso de la federación universitaria donde ustedes saquen lo que tengan que sacar de acuerdo con la representación del movimiento estudiantil”, vociferó el copresidente de la FUBA Julián Asiner (PO), bien entrada la tarde del viernes, cuando ya era evidente que los delegados kirchneristas no se presentarían.

Si bien desde los sectores kirchneristas habían agitado la misma propuesta –una lista única– a lo largo de la semana, el plan se frustró porque las partes no llegaron a un acuerdo sobre lo que le tocaría a cada uno en el reparto. Desde la conducción plantearon ofrecerles “sólo las secretarías que les corresponden de acuerdo con la representación estudiantil”, pero para Unidos y Organizados eso era “mezquino”. Ariel Cosentino, de la UES-Munap, dijo que la intención era poder participar como una “tercera posición entre la izquierda y el reformismo” y ocupar un lugar en la FUBA desde el que “se pudiera acceder a una transformación”. Cosentino explicó que en años anteriores ya acordaron la distribución de mandos propuesta ahora por la conducción y estuvieron al frente de la Secretaría General, pero que “no fue una experiencia positiva”. Según dijo a Página/12, la viabilidad del acuerdo pasaba en esta ocasión por poder alcanzar alguna posición dentro de la presidencia de la federación.

Para Asiner, el plan de una presidencia tripartita era “ridículo”, porque “no se corresponde con el mandato de los estudiantes”. “Las plataformas son contradictorias. ¿Cómo hacemos para pedirle más presupuesto al Gobierno con ellos, que son aliados de la Rosada?”, dijo.

Si bien no se pudo llevar adelante el congreso, desde el PO interpretaron la convocatoria como “un factor de clarificación política y un recuento de fuerzas” que convalidó, de algún modo, su conducción. “La izquierda e independientes acreditaron 56 delegados, casi el 45 por ciento del total posible (130), poniendo en evidencia que conformaban la lista mayoritaria”, justificó Asiner. “Ese es un dato contundente”, reforzó el copresidente por La Mella, Adrián Lutvak. Sin embargo, el kirchnerismo y el reformismo coincidieron en que de ningún modo esta cuenta revalida la conducción de la federación. “Para que queden legitimadas las autoridades tiene que haber un congreso en el marco del estatuto y se tiene que votar, lo que no ocurrió”, planteó Razzari Brion.

Informe: Delfina Torres Cabreros.

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