UNIVERSIDAD › CIENCIAS SOCIALES (UBA) Y LA JEFATURA DE GABINETE LANZAN UN POSGRADO

Pensar la comunicación política

El programa de actualización en Comunicación Política y Nuevas Tecnologías de la Información es gratuito y está dirigido a graduados, alumnos avanzados, docentes, periodistas y profesionales de medios. La inscripción cierra a fin de mes.

En un clima distendido generado por quienes se asumen como viejos conocidos, un grupo de académicos y profesionales presentó en la Facultad de Ciencias Sociales (UBA) un posgrado en Comunicación Política y Nuevas Tecnologías de la Información, lanzado en conjunto con la Jefatura de Gabinete de Ministros de la Nación. La iniciativa, que concentra la experiencia de personas como Carlos Caramello, Luis Lázzaro, Gustavo Nahmías, Eduardo Rinesi, Daniel Rosso, Ricardo Rouvier y Mario Wainfeld, entre otros, apunta a reflexionar sobre las zonas de encuentro entre la comunicación y la política, sin perder de vista las dinámicas alteradas por las nuevas tecnologías. En el marco de un contexto nacional que consideran signado por fuertes transformaciones, propusieron repensar la comunicación política como una herramienta que excede los restringidos márgenes del marketing de candidatos y, tal como promete el programa, situarla en escenarios “en los que la política no es un fenómeno subsidiario de los grandes medios o de sociedades despolitizadas, sino el centro de gravedad de los procesos de construcción de ciudadanías”.

El programa de actualización, que tiene una carga horaria de 144 horas y será dictado en el edificio único de Sociales, en Santiago del Estero al 1029, es gratuito y está destinado a estudiantes avanzados y graduados universitarios, periodistas y profesionales de medios de comunicación, docentes de todos los niveles, activistas, funcionarios y gestores de organismos e instituciones públicas y de la sociedad civil. La inscripción se encuentra abierta hasta el 31 de julio y puede consultarse más información en la web de la facultad (www.sociales.uba.ar).

“Yo me enamoré de la posibilidad de analizar la comunicación política desde la política”, contó Carlos Caramello, director del Instituto Nacional Manuel Dorrego y colaborador de Aníbal Fernández desde hace décadas. “Creo que la mayoría de la teoría que hay sobre el tema de la comunicación política está en el lugar herramental de la no política”, continuó Caramello, y confió en que el posgrado pueda construir una nueva perspectiva para indagarla.

“Da la impresión de que hoy la comunicación política está pensada en clave de los ’90, en clave de un mercado en donde hay candidatos que hay que construir con determinados atributos y llevarlos a la victoria”, señaló en el mismo sentido Daniel Rosso, jefe de Gabinete de Asesores de la Secretaría de Comunicación Pública y coordinador académico del posgrado. “Esta dimensión tiene que estar, pero no puede ser la única porque en ese modo de pensar la comunicación política lo que hay en la disputa política son sólo individuos, y la comunicación política también tiene que pensar esos sujetos políticos que comienzan a reaparecer junto a la política y al lugar del Estado a partir del 2002, 2003”, apuntó.

Tanto la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (26.522), como la de Democratización de la Representación Política, la Transparencia y la Equidad Electoral (26.571) fueron señaladas como parte del sustrato en el que germinó el nuevo programa académico. Una, porque tendió a retirar la oferta política del mercado de medios y estableció nuevas reglas para las campañas electorales. La otra, porque puso en discusión las tramas de poder detrás de los medios, la necesidad de democratizarlos y las oportunidades propiciadas por las nuevas tecnologías de la información.

“Partimos de que la idea del discurso tiene que ver con hegemonía y la contrahegemonía, no tiene que ver otra cosa”, resumió el consultor y analista de opinión pública Ricardo Rouvier, hilvanando varias ideas que sobrevolaban la discusión. “Después, puede haber distintas formas de entretenimiento de la sociedad de espectáculo”, agregó y plantó la duda sobre la heterogeneidad de fenómenos que conviven en la encrucijada entre política y comunicación.

Tomando como punto de partida los cambios instalados por la llamada ley de medios, Mario Wainfeld, periodista de Página/12, planteó la voluntad de reflexionar sobre lo que implica la idea de un “servicio de comunicación audiovisual” y alentó a sus compañeros a preguntarse por la posibilidad de construir una comunicación política que no sea una versión espejada de lo que suele criticarse. “A veces veo a la comunicación política como un rosario de gigantescos ‘no’. Es un montón de noes y de cortinas corridas y de puertas que se abren: uno le abre la puerta de la casa a Magnetto y le levanta las sábanas a Ernestina –ironizó–, pero ¿dónde está el sí? ¿Dónde aparece la cuestión afirmativa, una forma de comunicación que tenga no sólo un conjunto de contenidos o reafirmaciones diferentes a las que vuelcan los otros, sino un modo diferente de plantearlas?” “¿Existe una forma nacional y popular del siglo XXI para comunicar?”, se preguntó.

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