UNIVERSIDAD › DIALOGO CON EL DECANO Y LOS PRESIDENTES ELECTOS DEL CENTRO DE ESTUDIANTES DE SOCIALES

“Fue un proceso de maduración política”

Glenn Postolski, Belén Figueredo y Pablo Mobili analizan el triunfo de las agrupaciones estudiantiles kirchneristas y los desafíos que tiene por delante la facultad. Los apuntes y las fotocopias, la independencia del centro, los debates académicos y otros temas.

“No fue magia.” La frase –a la que apeló la Presidenta en la campaña electoral previa a las primarias– comenzó a agitarse por los pasillos de la Facultad de Ciencias Sociales cuando, hace una semana, los resultados de las elecciones estudiantiles anunciaron la primera conquista de un centro de estudiantes de la UBA por parte del kirchnerismo. El frente encabezado por la UES y Proyecto Sociales (La Cámpora, Movimiento Evita, Nuevo Encuentro y otros) puso fin a doce años de conducciones de izquierda, al tiempo que la lista de graduados identificada con la gestión del decano Glenn Postolski también ganó por amplio margen. En diálogo con Página/12, y con el ánimo de victoria aún latente, el decano y los flamantes presidentes del centro, Belén Figueredo (UES) y Pablo Mobili (Proyecto Sociales), evaluaron el nuevo escenario.

–¿A qué atribuyen el triunfo?

Belén Figueredo: –Creemos que tiene que ver con una serie de variables, porque venimos haciendo un laburo diario desde hace muchos años. Este año se trató de laburar en un frente que reuniera a todas las expresiones del campo nacional y popular, pero que hiciera a lo que creemos en común y al eje central de nuestras políticas, que es la inclusión y la permanencia de los compañeros que llegan a la educación superior.

Pablo Mobili: –Creo que fue un proceso de maduración política de todas las organizaciones. Este año partimos de un diagnóstico común acerca de nuestro centro de estudiantes, que fue lo principal a la hora de conformar este frente, que es político, no electoral, y parte de la victoria se puede atribuir a eso y a haber logrado encontrar la expresión de nuestro proyecto nacional y popular en nuestro territorio específico. Para nosotros es un orgullo haber sido los protagonistas de este proceso y que el campo nacional y popular ponga un pie en un centro de estudiantes de una universidad que muchas veces fue esquiva a los intereses populares.

Glenn Postolski: –Hay una confluencia de múltiples factores, externos e internos, y hay cosas que son particulares de esta elección en este momento de la facultad, que sin ser el detonante dieron condiciones para un clima. Que se haya votado por primera vez después de 18 años con las cinco carreras compartiendo una experiencia de cursada en el mismo edificio genera una condición diferente. El edificio único de Sociales tiene una larga historia que implica movilización, lucha, pero también implica el reconocimiento del Estado nacional, que fue el que tomó la decisión de llevar adelante la obra de infraestructura más importante de la universidad en los últimos 30 años de la democracia.

–¿Cómo articulan esta elección con el contexto político nacional? Resulta significativo que en el tramo final del mandato de Cristina Fernández el kirchnerismo haya conquistado por primera vez un centro de estudiantes en la UBA...

P. M.: –Para nosotros es un orgullo enorme. Venimos soñando hace bastantes años con poder regalarle a Cristina, nuestra presidenta, nuestra conductora, un centro de estudiantes en la UBA así que fue un orgullo poder hacerlo y forma parte de una cristalización de un montón de cosas que se vienen haciendo, que excede la facultad.

G. P.: –La UBA tiene sus propias dinámicas y ciclos. Lo que me parece como dato fuerte es que da cuenta de una permanencia, de una forma de hacer política y una capacidad de construcción hacia adelante. No es que viene a ganarse un centro después de 12 años de kirchnerismo. No: el kirchnerismo es una presencia política que está, que continuará, y adentro de la universidad hay un desafío de seguir creciendo.

–Usted asumió el decanato en marzo de 2014, durante la mitad de su gestión estuvo acompañado por una dirigencia estudiantil de izquierda, ¿cómo fueron esos años de convivencia y cómo podría cambiar ahora la situación?

G. P.: –Siempre los estudiantes vienen a representar las demandas y las deudas que como institución la universidad tiene. Sin duda vamos a tener que seguir dando respuestas a las demandas del espacio estudiantil, que no siempre van a ser planteadas en términos de formar parte de un espacio común, porque si bien tenemos muchas coincidencias en torno al proyecto nacional, dentro de la facultad no somos parte de un espacio común.

–Y respecto a cómo fue la convivencia con las agrupaciones de izquierda...

G. P.: –Fue centralmente bajo un esquema de fuerte antagonismo, porque la voluntad de esos espacios es la de desconocer cualquier otra legitimidad que no esté dada por su propia construcción de identidad. Pero nosotros hemos construido en términos de profundizar cada vez más criterios democráticos al interior de la facultad, de dar respuestas y conquistas para toda la comunidad. El edificio y la reforma de los planes de estudio son expresión de eso.

–Durante la campaña la izquierda centró sus críticas en la supuesta falta de independencia que tendría un centro kirchnerista respecto de la gestión. ¿Ustedes creen que van a poder hacer los reclamos necesarios, con la insistencia que haga falta?

B. F.: –Es que eso incluso lo hicimos. Como parte de la minoría estudiantil, en el consejo no hemos estado de acuerdo con un montón de cuestiones y son cosas que se ponen en discusión y cada uno plantea su posicionamiento. El nuestro siempre fue en favor de los estudiantes. Eso es lo que creemos y para eso queríamos llegar a ser la conducción del centro, para defender los intereses estudiantiles.

G. P.: –Yo diría también otra cosa. Nosotros siempre tendimos a maximizar los espacios de democratización y de participación. No comparto esa idea de que por un lado hay una gestión cuasipatronal y por el otro una masa estudiantil que tiene que resistir a eso. Nosotros somos otra cosa.

–¿Cuáles son las demandas estudiantiles que registraron como prioritarias y cuáles las primeras iniciativas que pondrán en marcha desde el centro?

P. M.: –Una de las cosas fuertes tiene que ver con los espacios de gestión del centro de estudiantes, que son los apuntes y la fotocopiadora, que estaban mal gestionados. Nos estamos poniendo ya a trabajar sobre eso para hacer un trabajo planificado, serio. Después hay reivindicaciones históricas, como la de contar con un comedor estudiantil y una biblioteca definitiva. Además, hoy en el centro de estudiantes no hay una vida cultural masiva y entendemos que es una facultad cuyo perfil de estudiante da para tener festivales, espacios de expresión. También la discusión académica: el centro tiene que dejar de estar ausente de los debates acerca de nuestros planes de estudios.

B. F.: –Tenemos que garantizar estas cuestiones y seguir trabajando en las políticas que nosotros ya venimos trabajando: las prioridades, que a los compañeros que tienen alguna discapacidad momentánea o permanente se les asignen automáticamente las materias, por ejemplo.

Entrevista: Delfina Torres Cabreros.

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Pablo Mobili (Proyecto Sociales) y Belén Figueredo (UES) son los nuevos presidentes del Cecso.
Imagen: Leandro Teysseire
 

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