UNIVERSIDAD › DISPUTA INTERNA DEL RADICALISMO UNIVERSITARIO

Una Franja de varios colores

Frente al próximo congreso de la FUA, un sector de Franja Morada anunció la fractura de la agrupación. Las autoridades lo niegan.

 Por Javier Lorca

La agrupación que ha encabezado al movimiento estudiantil universitario nacional durante los últimos 20 años afronta una intensa tormenta interna, justo cuando busca renovar su mandato al frente de la Federación Universitaria Argentina (FUA). “El modelo de acumulación política que representan la actual conducción de la FUA y de la mesa nacional de Franja no da para más. Hay que combatirlo y desterrarlo”, dijo a Página/12 Luis Moyano, integrante de la mesa ejecutiva de la federación y dirigente morado de la Universidad de San Luis. Los disidentes aseguran que la agrupación “está virtualmente quebrada” y dicen representar a 14 de las 32 regionales que integran a la organización radical. Del otro lado, el titular de la FUA y el secretario general de la mesa nacional, Emiliano Yacobitti y Mariano Cejas, niegan el conflicto e insisten con que cuentan con el apoyo de todas las regionales.
La disputa interna de la agrupación y su devenir serán claves para el próximo congreso de la FUA, que debía realizarse este mes pero que fue postergado. La mesa ejecutiva de la federación resolvió que se haga en Mar del Plata, entre el 30 de abril y el 1º de mayo.
Los opositores a la conducción estudiantil sentaron su posición en un documento enviado a la presidencia de la Unión Cívica Radical, con la firma del vicepresidente de la FUA, Matías Cañuqueo, y del secretario adjunto de la mesa nacional, Ariel Kreiman, entre otros. Con ellos se alinearían –aseguran– sectores mayoritarios de las regionales moradas en las universidades de La Plata, Comahue, Salta, Catamarca, Santiago del Estero, de la UTN y más. En el documento, señalan que la Franja “está completamente desdibujada a partir de la ausencia de un proyecto nacional” y que “no ha actualizado su ideario en relación con los desafíos que la universidad pública tiene por delante”. Sostienen que la crisis de la agrupación se debe, entre otras cosas, a “la pérdida de capacidad política de su conducción” y a “la ausencia de una mecánica decisional que responda a reglas del juego democráticas, equitativas y consensuadas por todas las regionales”.
También cuestionan la existencia de “prácticas políticas antidemocráticas” como “fraude, violencia y corrupción” (un dardo evidentemente dirigido al repetido escándalo de Ciencias Económicas de la UBA, de donde proviene Yacobitti). “Hay un rechazo interno de la propia militancia” y “hay un rechazo externo, de toda la sociedad, a un modelo de acumulación que utiliza y consiente esta forma de hacer política”. La consecuencia de ese escenario sería, hacia dentro, la expulsión de militantes y adherentes y, hacia afuera, la deslegitimación de la agrupación y la difusión de la idea de que “toda la Franja Morada es corrupta”. Con ese diagnóstico a cuestas, los disidentes morados reafirmaron su pertenencia a la agrupación pero se declararon autónomos de la actual conducción. “No nos sentimos contenidos por esta estructura –dijo Moyano–. No hay garantías de transparencia. Nosotros somos el 40 por ciento de Franja. Pero si decidimos no ir al congreso de la FUA nuestros votos los van a contar igual, porque no hay condiciones básicas para ejercer la democracia.”
Frente a las críticas, la conducción nacional de Franja se limitó a señalar que los opositores internos “no hablan en nombre de sus regionales”. Mariano Cejas afirmó, en diálogo con este diario, que “no hay ninguna situación de quiebre en la Franja. Esto sólo tiene que ver con una situación muy puntual de dos o tres personas que son, además, empleados del Ministerio de Educación”. Yacobitti abundó: “El 100 por ciento de las regionales se comprometió a jugar en forma unificada en el congreso de la FUA y respaldar a nuestros candidatos a presidente y vice, que son Maximiliano Abad, de la Universidad de Mar del Plata, y Marcos Duarte, de la Universidad de Córdoba. En lo inorgánico puede haber diferencias dentro de la agrupación, pero orgánicamente hay consenso”. El presidente saliente de la FUA estimó que este año Franja Morada podría retener la federación con casi el 50 por ciento de los delegados estudiantiles, es decir, más de los que obtuvo en marzo de 2002. “Los que hoy son funcionarios del Gobierno –agregó– deberían estar orgullosos de que esta conducción de la FUA haya sido el primer sector universitario en ofrecerle su apoyo a Kirchner contra Menem.”

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