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No es que Google esté pensando en colonizar el espacio o piense que sus mapas digitales puedan servir para atravesar el Universo. No... ¿o sí? ¿Funcionará el Google Maps yendo hacia la Luna? ¿No se perderá la señal del GPS si un asteroide interfiere el camino? ¿Llegará la conexión 3g a Marte? Por ahora, las pretensiones de Google son más modestas: pretende hacer una transmisión en tiempo real desde una plataforma espacial a través de YouTube Space Lab (http://www.youtube.com/user/space lab). Como se dice en la jerga, un streaming de video desde gravedad cero.
Pero no cualquier transmisión sino una transmisión participativa, con perfil de redes sociales y la apuesta en las nuevas generaciones para quienes la llegada del hombre a la Luna no es otra cosa que un videito de YouTube que se ve mal y es de dudosa credibilidad histórica. Es que la carrera espacial pareciera haber perdido hace décadas aquella épica iniciática que tuvo durante los ’60 y ’70, la época en que el ruso Yuri Gagarin y el yanqui Neil Armstrong dominaban con protagonismo la carrera espacial, cuando todavía se jugaba a la Guerra Fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética e Internet era Arpanet, una investigación científico-militar.
Ahora bien, desde que los millonarios pretenden pagarse su pasaje a la Luna y compran pedacitos de terreno para satisfacer sus deseos no consumados en la Tierra, la pasión por el espacio proviene del sector privado. Además de las consiguientes agencias espaciales: el gigante Google, el titán chino Lenovo y la Nasa, entre otras agencias internacionales como la rusa y la japonesa, apuestan a elegir el trabajo práctico de una escuela secundaria más ambicioso que un adolescente pueda tener en su vida: llevar su tarea escolar (experimentos físicos, químicos, biológicos, etc.) al espacio interestelar y ver qué ocurre desde la computadora de su casa. “La idea surgió de una competencia interna de Google, donde trabajo, y fue seleccionada para ser llevada a cabo”, cuenta en exclusiva para Página/12 Zahaan Bharmal, uno de los responsables de marketing de Google para Europa, Africa y Medio Oriente. Bharmal estudió física en la Universidad de Oxford en Inglaterra y dice que desearía volver a tener menos de 18 años para participar. “Lo que vamos a hacer es seleccionar los dos mejores experimentos científicos posibles, meterlos adentro de una nave espacial y mandarlos a la Estación Espacial Internacional. Pensamos que esta será la clase de ciencia más grande de la historia”, dice Bharmal.
La competencia estará legitimada por el estelar jurado de Stephen Hawking y apunta a alumnos de entre 14 y 18 años de edad, que simplemente tienen que subir sus ideas a YouTube Space Lab antes del 7 de diciembre, y esperar ser seleccionados: primero habrá 60 finalistas, luego uno por cada región mundial. Finalmente, los dos experimentos seleccionados que saldrán de una nave japonesa desde la NASA, usando computadoras Lenovo y transmitidas en vivo por YouTube. Y así todos los sponsors estarán contentos, mientras la aldea global observa los acontecimientos a través de Internet. En tanto, los seis seleccionados regionales podrán elegir entre observar el lanzamiento o visitar el centro de entrenamiento para cosmonautas en Rusia.
No es necesario tener las ideas terminadas, dice el dueño de la idea, aunque también se pueden presentar posibles prototipos. Para Bharmal, se trata simplemente del futuro de la investigación espacial: “sector público y sector privado trabajando juntos”. Es evidente que la carrera espacial necesitaba de un buen agente de marketing, sobre todo veinte años después del derrumbe político del bloque del Este, pero Bharmal no sabe muy bien por qué la carrera espacial pareciera haber caído en una meseta de interés, “la verdad es que no soy el más indicado para hablar de eso”, dice este emprendedor.
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