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Ciencia|Miércoles, 13 de mayo de 2009
Diálogo con Olga Nasello, doctora en Física, de la Famaf, investigadora del Conicet

Inquietantes nubes de tormenta

Esta vez son las nubes, que esconden en su interior el escándalo del granizo; una plaga que causa pérdidas gigantescas y que nace en la recóndita intimidad de una nube; graves piedras de hielo que se precipitan a tierra después de sufrir múltiples avatares.

Por Leonardo Moledo
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–Bueno, no sé si quedó claro en la volanta (ya que había poco espacio), por eso aclaro que estamos en Famaf, la Facultad de Matemática, Astronomía y Física de la Universidad Nacional de Córdoba, y que es investigadora del Conicet. Usted es física y se dedica a...

–...la física de la atmósfera. Formo parte de un grupo de investigación que estudia procesos microfísicos que ocurren en las nubes de tormenta. Por ejemplo, he estudiado la formación de granizo, las características estructurales del granizo.

–Empecemos por allí, entonces. ¿Cómo se forma el granizo?

–Una masa de aire sube y se forman las gotitas de agua. Esa masa de aire sigue subiendo, se enfría, llega a un nivel de congelación de 0 grado. Pero las gotas son tan chicas que siguen subiendo y se mantienen líquidas. Más arriba está lo que se llaman “Núcleos de congelación”, donde empiezan a formarse los cristales de hielo (esos cristales hexagonales famosos que son tan bonitos). Cuando los cristales de hielo empiezan a colisionar con las gotitas a temperaturas tan por debajo de 0 grado, las gotitas se congelan, y eso va creciendo y así se va formando el granizo. Un granizo de dos o tres centímetros de diámetro, por ejemplo, está formado por millones de gotas, porque cada una de ellas es del orden de los 10 micrones (un micrón es una milésima de milímetro).

–Y entonces el granizo es la conjunción de esas gotitas que se van acumulando dentro de la nube... ya veo. ¿Y nubes de qué tamaño?

–Las nubes de tormenta tienen la base más o menos como a los dos kilómetros y llegan a los 10 o 12 kilómetros.

–¿Y desde qué altura cae el granizo?

–La piedra se empieza a formar a los tres kilómetros, pero la corriente de aire la sigue subiendo (y se va agrandando). Respecto de la nube, la piedra siempre está cayendo; respecto de nosotros, sigue yendo hacia arriba. Llega un momento en que es demasiado pesada y ahí empieza a caer. Después sigue recolectando más y más agua.

–¿Y a qué velocidad cae a la tierra?

–Bueno, depende mucho del tamaño. Típicamente, una de 2 centímetros cae a 10 metros por segundo (unos 36 kilómetros por hora).

–Eso ya es una energía bastante grande...

–Sí. Y las más grandes, de 3 o 4 centímetros, pueden caer a 100 kilómetros por hora. La energía que tiene una nube de tormenta granicera es enorme..., comparable a la de una bomba atómica.

–¿Tanto?

–Hablo de la energía almacenada en cada una de las partículas. Es un volumen que tiene 2 o 3 kilómetros de lado por dos o tres kilómetros de lado por 10 o 12 kilómetros de altura y que tiene gotas, cristales...

–Pero es energía potencial, no cinética.

–En realidad, las dos cosas. Eso no quiere decir que tenga el poder destructivo de una bomba atómica (porque la nube no se te cae encima en un solo momento).

–Pero la energía de una granizada es bastante grande...

–Sí. Y la pérdida que se genera por una granizada es enorme...

–¿Y qué es lo que estudia usted exactamente?

–Por qué los granizos tienen esa estructura cristalina característica.

–¿Cómo es esa estructura?

–Es hexagonal. Si yo miro adentro del granizo, está formado por unos cristales grandes y otros cristales chiquitos en capas: un núcleo de un determinado tamaño, otro de otro. Estas capas, estos distintos tamaños de cristales, me están indicando la temperatura, la cantidad de agua que había en la nube. Uno de mis primeros estudios fue entender cuáles son las propiedades físicas básicas por las cuales adquiere esa estructura particular.

–¿Ese hielo tiene otra estructura que el hielo que sacamos de la heladera?

–En realidad, es bastante como el hielo que sacamos de la heladera. Si yo tuviera acá hielo de la heladera, lo estaría viendo como cuadraditos. Pero si voy a lo molecular, es lo mismo: H2O cuya estructura forma hexágonos...

–¿Entonces qué sentido tiene estudiar estos hielos y no los de la heladera?

–El hielo de la heladera se forma por la congelación de un bloque entero de agua, con lo cual las moléculas se agrupan de determinada manera. En cambio, éste es un hielo que se ha formado por millones y millones de gotitas de agua, y sin embargo forman una estructura que se mantiene, replicando la estructura. Eso es lo que la hace diferente: es un sistema formado por millones y millones de gotitas que se mantiene estable. Tiene todo un orden que depende de la temperatura en la cual se formó, de la cantidad de agua.

–¿Y qué hace usted específicamente? ¿Lo examina prácticamente? ¿Teóricamente?

–En determinado momento, usábamos las piedras de granizo para determinar las características de las nubes (para saber si eran nubes de mucha agua, de poca agua). Esa es una parte del trabajo que yo ya hice y ya terminé: leíamos en las piedras las características de las nubes. Después seguí estudiando otras propiedades (no solamente de estructura interna sino de estructura externa) que hacen que se modifique la velocidad de caída.

–¿Cómo es eso? ¿Porque no son perfectamente esféricas...?

–Pueden ser ovaladas, tener forma de cono, de galleta, ser lisas, tener muchas puntas. Eso depende fundamentalmente de la cantidad de agua que haya en la nube. Si son muy homogéneas, redonditas, eso es porque se trata de una nube que era fría y de poca agua. Pero cuando vemos esas piedras grandotas que están llenas de puntas transparentes, eso significa que en la nube hay mucha agua, de tal forma que la superficie estaba cubierta con agua lisa (de tal manera que luego le van quedando, al congelarse, esos lóbulos). Eso es muy relevante cuando yo hablaba de las velocidades de caída: no es lo mismo la de una pelota lisa que la de una con puntas.

–¿Y cómo es que, cayendo desde una altura tan grande, la fricción no las evapora?

–Desde que salen de la base de la nube hasta el suelo hay una parte de fusión. Pero los dos kilómetros a 36 kilómetros por hora no alcanzan a fundirlas. A las piedras grandes, por lo menos. Cuando uno ve esas lluvias con goterones, muy probablemente se trate de granizo derretido.

–Y todas esas cosas que se dice que se hacen, como sembrar las nubes o tirar cohetes para evitar el granizo... ¿Sirven para algo?

–Científicamente no está aceptado que la lucha antigranizo tenga un efecto positivo. Hay veces que sí se bombardea la nube, y se ve que ella cae y muere. Pero estadísticamente hay un estudio que se hizo sembrando en determinadas nubes (y en otras no) y dio que era inocuo.

–¿Con qué se las siembra?

–Con ioduro de plata. Es un agente nuclear formador de cristales de hielo muy importantes. La idea es formar muchos núcleos de hielo, que esos núcleos compitan con el agua adentro de la nube y que en vez de formarse granizos grandes se formen cristales chiquitos. Si bien la idea teórica puede ser válida, en la práctica es muy pero muy difícil. En muchos lugares, los estudios científicos de ese tipo se han abandonado. Nosotros hacemos investigación básica pero aplicada a entender las cosas, no a modificarlas.

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