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Contratapa|Lunes, 13 de septiembre de 2004

Voto calificado

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Por Eduardo Pavlovsky

¿Qué es el voto calificado, papá? Buena pregunta hijo. La vida –las circunstancias– no nos dan a todas las personas las mismas posibilidades, quiero decir que algunos nacemos en hogares donde recibimos buena alimentación, buena educación y buena salud. Algunos de nosotros –te diría que en este país, una minoría– tiene posibilidades de terminar los estudios, y entrar a universidades y recibirse de profesionales. Médicos, abogados, arquitectos, ingenieros y también hay otros tipos de estudios que se pueden hacer que no son las típicas profesiones liberales –que dan la oportunidad de que accedamos al mundo de la información y la cultura–. También el arte es un acceso a la cultura y a la información a través de cursos y seminarios. En términos opuestos –pensá un niño que nace en un hogar carenciado y que no recibe la adecuada alimentación– ni puede educarse ni tener acceso a la salud. Ese niño tampoco podrá estudiar –porque tendrá que trabajar para ayudar a sus padres– a veces hasta prostituirse para llevar plata a su familia y, entonces, las posibilidades intelectuales de ese niño son mínimas, con mínimo acceso a la cultura y a la información.
Es decir que mientras un sector de la población tiene acceso a la cultura, otro sector, el mayoritario, no tiene acceso. Estos últimos desgraciadamente no saben nada de nada. Son brutos, pero no por culpa de ellos sino de una sociedad que no les brinda oportunidades.
El voto calificado significa que pueden votar en las elecciones aquellas personas que tengan un nivel cultural alto –que les va a permitir realizar una elección del voto mucho más racional que la persona que carece de cultura–. A veces son analfabetos y no están en condiciones de poder votar en las elecciones en forma racional. Generalmente votan lo que algún político les marca o por simple intuición. Otras veces la simple propaganda. Naturalmente que uno desearía que todos tuviésemos las mismas oportunidades. Pero la realidad nos muestra que eso nunca es posible ni será posible.
Calificar el voto es posibilitar que sólo la gente con buen nivel cultural pueda votar en las elecciones. Los demás –que tienen derecho a ser ciudadanos con las mismas libertades y derechos que todos nosotros– sólo no podrán tener acceso al voto. Eso no significa que una persona a la que hoy no se le permita votar pueda llegar a votar en una próxima elección, si ha tenido la posibilidad de formarse intelectualmente de forma adecuada.
Hay niños que han nacido en la pobreza –y que, sin embargo, con un esfuerzo encomiable– con el sacrificio de los padres y el esfuerzo y tenacidad de ellos, han logrado estudiar y acceder al conocimiento y a la cultura, lo que les permitirá poder votar entonces.
La cultura hijo, además, acerca la humanidad a lo sublime.
El maestro de pintura nos dijo en el colegio que algunos de los hombres que estaban en Auschwitz como soldados y oficiales habían sido educados para leer Shakespeare y Goethe y que no dejaron de leerlos. ¿Cómo se llama tu profesor de dibujo? –Molina papá. Voy a ir a verlo para conversar con él. –Es hincha de Racing –viejo no lo jodas. –¿Vos me entendiste hijo, me entendiste bien?
–Yo te decía esto papá, porque Molina nos dijo que la cultura no vacuna contra lo inhumano, y si no vacuna contra lo inhumano ¿por qué pensar que pueden votar mejor y elegir mejor los gobernantes, los ciudadanos con cultura?
Escuchame hijo –¿cómo podemos tener un presidente votado por la mayoría– si esa mayoría es inculta y desinformada me entendés? ¿Qué país vamos a tener si puede surgir de los votos de los hacinados –analfabetos y muertos de hambre–? y que son la mayoría en nuestro país. El voto calificado permitirá que nuestro presidente surgiera de la gente más capaz de nuestro país –de la gente más refinada y más culta ¿me entendés hijo?¿Seguro me entendés? Eso definitivamente es el voto calificado y yo lucharé con todas mis fuerzas para lograrlo. Escuchame hijo ¿ese profesor de dibujo –Molina– habló alguna vez en clase en contra de los militares y a favor de los derechos humanos? ¿Me entendés bien la pregunta? Sí papá la entiendo demasiado bien... Y ahora tengo miedo. –Miedo –no tenés –es esa ventana por donde entra un chiflete bárbaro. Vos tenés frío, no miedo entendés? Frío. Vos tenés frío ¿Molina se llamaba no?

Epílogo: A diferencia de los primeros efectivos de la S.S. y la Gestapo –la organización himmleriana no contaba ni con fanáticos ni con asesinos sexuales ni con sádicos–. Contaba única y exclusivamente con la normalidad de la gente común: con cultura, gran amor a la familia y al prójimo y con profunda fe religiosa (Hannah Arendt. La tradición oculta. Paidós).

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