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Contratapa|Domingo, 5 de diciembre de 2004
LLEGA LA FUNDADORA DEL MOVIMIENTO QUE REALIZA ABORTOS EN ALTAMAR

En la cresta de la ola

Rebecca Gomperts es la fundadora de Women on Waves, la organización que lleva su barco por países con leyes antiabortistas para que las mujeres puedan abortar en aguas internacionales. Gomperts analizará la posibilidad de que el barco venga aquí el año próximo.

Por Andrea Ferrari
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Al llegar a los países con el barco, la organización busca instalar la polémica del aborto.
Lo de la cal y la arena es moneda corriente para las integrantes de Women on Waves: en cada misión que emprende el barco de este movimiento reciben una palada de reconocimiento femenino y otra de protestas y tomatazos por parte de los grupos antiabortistas. La organización, fundada por la médica holandesa Rebecca Gomperts en 1999, tiene como objetivo llevar información y asesoramiento sobre anticonceptivos y educación sexual y generar conciencia en torno de los peligros del aborto clandestino en distintos puntos del mundo. El aspecto más discutido, sin embargo, es que a bordo del barco un equipo médico practica abortos en aguas internacionales, de modo tal de quedar fuera de las restrictivas leyes de los países que visitan. Gomperts llega esta semana a la Argentina a dar charlas y conferencias. Aquí conversará la posibilidad de que el año próximo venga al país el barco de la agrupación, una noticia que pese a la antelación ya hace olas en el ámbito político. Antes de partir de Holanda, Gomperts conversó con Página/12.
La invitación para la fundadora de Women on Waves partió de Autodeterminación y Libertad. La diputada porteña Noemí Olivetto, que viene organizando una serie de debates en la Legislatura sobre el tema e impulsando el tratamiento de uno de proyectos de ley presentados, tomó contacto con el grupo y Gomperts accedió a venir unos pocos días y a dar charlas en el Centro Cultural San Martín los días 10 y 11 (ver aparte). Pero antes de empezar, la visita ya generó todo tipo de reacciones. La más exaltada fue la del legislador macrista Jorge Enríquez, quien parece haber entendido mal la información o no estar bien asesorado: presentó una denuncia en la Justicia para frenar la llegada del barco, cuya venida a la Argentina no es por ahora más que una hipótesis a futuro. Otra legisladora salió a decir que en verdad el barco no puede viajar o realizar abortos por una prohibición legal.
–Ustedes han tenido una batalla con el gobierno holandés. ¿Pueden actualmente realizar abortos?
–Sí, podemos dar la píldora del aborto a una mujer con un embarazo de hasta seis semanas y medio –explica Gomperts–. El gobierno se ha mostrado reticente a darnos la licencia para realizar abortos hasta las doce semanas. En este momento hay un gobierno demócrata-cristiano en el país. Nosotros ganamos un caso en la Justicia y ahora tenemos otro, no sabemos aún cuál será la decisión. En principio, el tribunal decidió que no había razón alguna por la que no podíamos tener la licencia. El gobierno dijo bueno, pero sólo una licencia para trabajar dentro de los 25 kilómetros de Holanda. No tienen argumentos médicos o legales, entonces fuimos otra vez a la Justicia para protestar la decisión y aún estamos esperando.
–¿Sólo realizan abortos con la píldora?
–Sí. Es una droga que no se usa en Argentina, Mifepristone. Las mujeres lo prefieren así, es más natural.
–¿Vendrá el barco a Argentina el año próximo?
–No puedo anticipar nada en este momento. Estaré en Argentina la semana que viene y lo vamos a discutir.
Si la nave viene finalmente, sin duda las olas serán grandes. Con un modelo similar al que utiliza en sus campañas Greenpeace (organización donde trabajó Gomperts antes de fundar Women on Waves), el movimiento se caracteriza por una apuesta de fuerte impacto mediático para lograr así instalar el tema en la sociedad y en los ámbitos políticos. A bordo del barco, las mujeres reciben información sobre anticonceptivos, pueden realizarse tests de embarazo y ecografías, son asesoradas para tomar una decisión “sin coerciones” y, en caso de optar por un aborto, reciben la píldora RU 486 (Mifepristone) en aguas internacionales. Posteriormente se realiza un control.
El impacto en los países donde el aborto está prohibido es fuerte: sucedió así en cada uno de los lugares que visitó. El pasado agosto, el escenario fue Portugal. Allí, cuando la nave se acercó al territorio portugués, el ministro de Defensa anunció que se prohibía su entrada en aguas nacionales, aunque el barco no había violado ninguna ley. La decisión no se modificó pese a que la organización fue a la Justicia y recibió el apoyo de algunos políticos portugueses. Como si se tratara de una embarcación enemiga, dos barcos de guerra la custodiaron durante cada minuto de su estadía en aguas internacionales cerca de Portugal. Cuando fue evidente que la situación no se iba a desbloquear, Women on Waves decidió tomar otra iniciativa para ayudar a las mujeres portuguesas con embarazos no deseados: anunció que daría a conocer el protocolo que describe la manera más segura de realizar un aborto con una droga llamada Misoprostol –que se usa para tratar úlceras–, cuando la mujer no puede tener acceso a una intervención médica. Tras el anuncio, cientos de portuguesas se comunicaron con la organización para conocer el protocolo, que ahora figura en la página de Internet de la agrupación.
Un grupo antiabortista acusó a Rebecca Gomperts de violar la ley por explicar este procedimiento en la televisión portuguesa. Y el SGP, un partido católico holandés, salió en apoyo de esta iniciativa y reclamó al gobierno de ese país que le retirara la licencia a Women on Waves. Sin embargo, el secretario de Salud no aceptó el reclamo.
–Si no podían llegar al puerto, ¿por qué no dejaron el barco en aguas internacionales y llevaron allí a las mujeres en otra embarcación?
–Se podría llegar a hacer eso, simplemente no estábamos preparadas para hacerlo. Hay que decir que Portugal rompió la ley internacional al no dejarnos entrar. Nosotros no anticipamos que esto podría pasar, no consideramos que los países podrían no respetar las leyes internacionales. Tenemos que estar preparadas para otra ocasión como ésta.
–El protocolo para usar el Misoprostol –una medicación que se consigue en todo el mundo– figura ahora en la página de Internet. ¿Es seguro hacer un aborto con ese medicamento?
–No es la mejor forma. Lo mejor es tener un aborto legal realizado por un doctor, pero es la forma más segura en que la mujer puede hacerlo por su cuenta. Es comparable con un aborto espontáneo. Las mujeres los tienen todo el tiempo, y lo importante es que sepa cuándo ir a un hospital a recibir ayuda. Si sangra demasiado, tienen que hacerlo. Pero no es algo antinatural, un diez por ciento de los embarazos acaba en abortos espontáneos, lo que hace la medicina es provocarlo. El problema es que no es un ciento por ciento efectivo. Y pensamos que si una mujer necesita realizarse un aborto debe poder estar segura de que funciona. Esta droga tiene una efectividad de entre un 80 y un 90 por ciento.
–El barco de su organización nunca cruzó el océano. ¿En caso de que decidan venir está preparado para hacerlo?
–En realidad nosotros alquilamos barcos, se trataría simplemente de encontrar uno adecuado.

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