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Contratapa|Viernes, 21 de julio de 2006

CARTAS

Cumbre
Las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora saludamos el encuentro de los presidentes de los países que participan de la Cumbre del Mercosur, porque creemos firmemente que la integración entre los pueblos de América es la única vía posible para superar la pobreza y alcanzar el destino político y social que nos merecemos.

Aquellos ideales por los que bregaron duramente San Martín y Bolívar, y por los que lucharon nuestros hijos para hacer realidad los sueños de la Patria Grande, hoy parecen comenzar a convertirse en una poderosa realidad.

Asimismo, la incorporación de Venezuela y la visita del comandante Fidel Castro a la Cumbre acerca aún más nuestros destinos a los países hermanos de la América caribeña, porque nos unen la voluntad de trabajo, de independencia y soberanía.

Las Madres queremos pedirles a los señores mandatarios que recuerden que no están solos. Hoy, desde sus pueblos y desde todos los pueblos americanos, la mirada de aquellos que lucharon por la utopía de unidad latinoamericana y dejaron sus vidas en ello observa esperanzada para que ésta no sea sólo una oportunidad más.

Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora también envía un saludo al pueblo de Córdoba, cuna de grandes cambios políticos y sociales, como la Reforma del ’18 y el Cordobazo en 1969, y se esperanza en que hoy también estén asistiendo a un hecho histórico que se transforme en bisagra de nuevos tiempos para América latina.

Madres de Plaza de Mayo
Línea Fundadora

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Palabra
Hoy, después de casi 80 años, tuvimos que dejar las llaves de la casa que alquilaba mi abuelo Juan, en el barrio de Núñez. Con tristeza, porque las paredes guardan los mejores momentos de la familia, de los vecinos, que sabían que siempre estaba Juan sentado en el patio para darles una mano o un gajito de alegría del hogar. Pero hay algo que quiero rescatar y es el agradecimiento infinito a la familia Mrad, los dueños, quienes le dieron valor a la palabra. Algo que hoy en día no es nada común. Es más, para alquilar una propiedad casi te piden un ADN. Es por eso que quería compartir con ustedes esta historia que comenzó a principios de los ’40, cuando mi bisabuelo alquiló esa vivienda. Al morir queda a cargo de ella mi abuelo. Su dueño, en ese momento, le prometió a Juan que nadie lo sacaría de allí y así fue. Pasaron tres generaciones y hoy fueron los nietos Fabián, Diego y Javier quienes, respetando el deseo de su abuelo y de su padre, esperaron que Juan se “mudara al cielo”. La casa se modificará, los vecinos pasarán, pero la palabra seguirá siendo la conducta intachable de esta familia. Gracias en mi nombre y en el de mi abuelo.

María Luján Sassano
D.N.I. Nº 23.469.228

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