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Cultura|Viernes, 5 de septiembre de 2014
EL UNIVERSO DE CERATI

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Por Yumber Vera Rojas
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En estos últimos años, varios músicos que se han movido en el círculo íntimo de Gustavo Cerati, y sobre todo que han trabajado con él en diferentes proyectos, dieron distintas visiones sobre su historia en común y sus métodos de trabajo y creación. Aquí se ofrecen algunos extractos:

- Richard Coleman (Cultura & Espectáculos de Página/12, 2014): “Cuando probé como cuarto Soda, me hice amigo de Gustavo y comenzamos a hablar de música, de libros y de mujeres, al tiempo que tomábamos algunas bebidas. Esa afinidad emergió de diferentes maneras. Fricción se armó a partir de una llamada que me hizo él, varios meses luego de que saliera el primer disco de su grupo, y me preguntó si tenía esas canciones que mostré cuando ensayé con ellos porque estaba con ganas de tocarlas. Y eso se tradujo no sólo en Nada personal, sino en una amistad surgió por una cuestión de necesidad mutua y de compartir”.

- Benito Cerati (Suplemento No de Página/12, 2013): “Las ganas de hacer un show, y de invitar a mi papá a tocar, no las puedo explicar. Existe una nueva generación de hijos de músicos que dejaron huella en el rock argentino que ya comienzan a mostrar sus proyectos y que pueden contar con el apoyo de sus padres. Lo que tengo para decirles es: ‘Disfrútenlos lo que más puedan. No se mortifiquen por portarse como artistas, sino por ser hijos’. El hecho de no tenerlo totalmente presente me resulta una dificultad extra. Para mí hubiera sido todo más rápido y fácil si estuviera. Me presenta un desafío necesario, aunque no injusto”.

- Zeta Bosio (Cultura & Espectáculos de Página/12, 2013): “Veníamos muy atrasados con el próximo disco de Soda, Sueño stereo. Y me sorprendió cuando me dijo que iba a hacer un material solista, pero quería que lo ayudara. Es una producción muy linda, muy fina. Hasta lo acompañé a la radio para tocarlo. A manera de anécdota, recuerdo que había una campaña para dejar de fumar, y varios de los integrantes del equipo de Soda nos sumamos, salvo Gustavo. Justo el día en que comenzaba la grabación, era la fecha ésa. Y me quería matar, pero no probé un cigarrillo en veinte años”.

- Leo García (Diario El Nacional de Venezuela, 2010):“Los que lo amamos tratamos de entender la situación que atraviesa para que no decaiga, y para no abandonarlo en cuanto al pensamiento positivo. Por eso, por el momento que vive, prefiero evocar al Gustavo humorístico. Es la persona que más me hizo reír en mi vida. Es un genio y un ser muy humilde. Para mí es un Maestro Yoda. Otra cosa que destaco es su pasión por la comida y por sentarse a la mesa acompañado de sus seres queridos. Y una de las enseñanzas que me legó es la inteligencia absoluta de nunca caer en ira”.

- Tweety González (Diario El Nacional de Venezuela, 2010): “Gustavo es una persona bastante fuerte y muy proactiva. No puede estar más de una hora mirando la televisión, y si lo hace es porque debe encontrarse muy cansado. Cuando sale de gira, siempre planea una escapada para comprar discos y ropa o para practicar el turismo de aventura. Esto le encanta. Los tours los encara como si se tratara de un viaje de egresados de la secundaria. Le cuesta repetir gente y le gusta que el entorno sea íntimo. No obstante, a la hora de trabajar no conozco a artista más exigente que él”.

- Fernando Ruiz Díaz (Diario El Nacional de Venezuela, 2010): “Contrariamente a lo que muchos puedan pensar, Gustavo es una persona adicta a la vida. Lo que pasa es que a los músicos nos gusta vivir tanto que vivimos mucho. Esto es lo más parecido a una montaña rusa: estamos todo el tiempo tomando aviones, actuando y grabando discos. A veces no puedes más y debes salir al escenario. Es una adrenalina constante que si no nos subimos a ella, no podemos hacer lo que hacemos. No hay que meterle presión a este proceso. Que haga su viaje, pues siempre lo vamos a esperar”.

- Cecilia Amenábar (Cultura & Espectáculos de Página/12, 2013): “Fue una época muy luminosa de nuestras vidas, de cuando vas a traer un hijo al mundo, y más si viene acompañado de música. Amor amarillo es uno de los discos menos vendidos y comprendidos de Gustavo porque lo hizo fuera de la banda, y porque seguramente a mucha gente no le gustó que se fuera a Chile. Se llenó de energía, de bondad, de naturaleza, y le salieron un montón de canciones como más hippie o, más que eso, muy auténticas. Está sintiendo lo que canta, y lo que dice. Y nuestros hijos todavía las escuchan”.

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