Este chico otra vez empieza con que se aburre... qué cosa, estos chicos. El mío se sabe entretener pero el Toto es una barbaridad con las cosas que sale a veces. Esa Mita le ha dado todos los gustos, pero no en todo lo tiene malcriado, porque hay que ver que el chico marcha regio en la escuela y aprende inglés lo más bien. Pero mi hermana tenía el mismo vicio del cine y el chico lo heredó. A Alfredo ni que le hablen de ir al cine si no es que le gusta la cinta pero como no le atrae ninguna, si no es deportiva, o de basquet. Ya quisiera yo tener compañía para el cine, porque hay que ver que si nadie te acompaña o te arrastra al cine una se queda como una tonta y se aplasta entre la costura y que la cena y que el almuerzo. (...) Yo a Alfredo lo llevé a ver esa película de cuatro horas y me volvió con un dolor de cabeza terrible. A mí tampoco me gustó tanto como decían. Mita y el Toto habían ido la tarde anterior y se vinieron enloquecidos, no hacían más que poner los ojos en blanco y hacer aspaviento, porque en eso el chico le ha salido igual a ella, de agrandar un poco todo. Pero también eso es bueno en parte, porque mi chico es demasiado momia; yo le digo “Alfredo, vamos a ver la plaza Rocha, que la han arreglado y dicen que está lo más linda” y no le importa así hubiesen puesto un obelisco más alto que el de Buenos Aires. Claro que si hubiera aviones, se iba corriendo a la plaza Rocha o a City Bell (...). Porque a este chico la aviación lo enloquece y está creciendo mucho, pero no es eso, lo que quería decir es que con la estatura que tiene en el colegio lo han puesto a jugar al basquet y le está gustando con locura. El Totito me parece que va a quedar petisito porque de este año al otro yo lo veo casi igual, claro que es casi cinco años menor que Alfredo, pero lo mismo... Y aunque es chico hay que ver cómo entiende las películas y cómo lloró cuando Mita no lo llevó acá en La Plata a ver Dama de las camelias porque era de noche; al final se quedó porque Mita le prometió una torta de La Perla, que siempre fue la más cara.
(Fragmento inédito del relato Pájaros en la cabeza.)