“Me encantó la última novela de García Márquez. Es una lectura deliciosa, una novela inesperada. El amor de viejos, que es un tema que él trata maravillosamente.” Tras el elogio a Memoria de mis putas tristes, Fuentes considera naturales las críticas contra los autores del boom: “Con o sin parricidio, no hay creación que no se apoye en la tradición precedente, y la tradición, a su vez, no vive si no hay nueva creación. Ahora, por ejemplo, hay un grupo muy brillante de escritores mexicanos: me vivifican y son nuestros herederos, así como yo me siento heredero de Carpentier, Onetti, Rulfo. El parricidio siempre ha existido: lo practicó mi generación y ahora lo practican contra nosotros, y está bien. Pero ahí está García Márquez, con una obra muy sólida, que tiene un público internacional y una permanencia en el tiempo indudable”.