Imprimir|Regresar a la nota
Cultura|Miércoles, 1 de diciembre de 2004

Las letras ganadoras

Soy, de Marcela Bublik (Primer puesto)
Soy el mate, soy la brisa, soy el sol de la mañana./ Busco el árbol, busco el río y el motivo de esta sed./ Por mi pecho rueda un sueño y un murmullo sin palabras / que me acuna desde lejos, sin espejos de papel. / Esta puerta que me llama, necesito atravesarla. / Sé que hay alguien que me espera, sé que siempre me buscó, / que tiene aquella respuesta que enciende luz en la sombra. / El latido y la memoria corazonan la razón.
Me falta un patio, una risa y una canción y un verano / y una muñeca de trapo y un libro que no leí / y una abuela que cocina sopa de estrellas y vino / mientras perfuma la mesa con naranjas y jazmín.
Por la vida que está viva, por la muerte que no es cierta, / por cada flor que se abre bajo el sol que la abrigó, / por el niño que mañana navegará entre mis ramas, / buscándose en los retratos que la noche me arrancó, / no me seguirán mintiendo el color de la mirada. / Tengo un nombre y una sangre que me quisieron borrar, / que es más fuerte que la espada y la rosa disecada / que llenaron con cenizas de silencio y soledad.
Y hay un patio y una risa y una canción y un verano / y una muñeca de trapo y un libro que no leí / y una abuela que cocina sopa de estrellas y vino / mientras perfuma la mesa con naranjas y jazmín, / con ese pecho de fuego, encendido en red de amores, / con esos brazos de hierro que nadie pudo partir.

Ser en Buenos Aires, de Marcelo Naraveckis
(Segundo puesto)
Ser en Buenos Aires y ser cielo / aire mufa emputecido de humedad, / Ser un viento largo, amargo y en memoria / alma en pena lustre noche de adoquín, / Ser el vidrio que se empaña por adentro / y en la lluvia ser el nombre que no está / Ser en Buenos Aires y ser vuelo, / De los buenos que tuvieron que partir...
Y siendo Buenos Aires yo porteño, / hasta el borde rellenado de mí mismo
sacaré de mi paloma una galera, / me abriré como una flor de soledad, / sacaré los tangos nuevos de los viejos, / cuerda en celo de un violín desangelado / ser un pan del tiempo nuevo y para todos / y en el hambre ser historia que será.
Ser en Buenos Aires y ser noche / como el prólogo de un día descreído, / ser la vena azul y estrella de la sangre / la memoria de un olvido en rebelión, / como tantas Buenos Aires que yo se sido, / ser la voz que me despide cuando vuelo, / Ser de Buenos Aires y ser vuelo, / De los buenos que tuvieron, que partir...

Volver a ser, de Ernesto Pierro (Tercer puesto)
No estés a un lado. Vení, asomate. / Mirá los pibes bailando tangos. / Mirá la gente, ¡cómo defiende / los viejos clubes de cada barrio! / Si bien sufrimos perder terreno / y nos robaron, casi, la vida. / Miralo, hermano. Y vas a ver / como logramos volver a ser.
Somos nosotros. Somos distintos. / Los del asado con buen tinto. / Tan inocentes de tan soberbios / que no parece que fuera en serio. / Pero dispuestos a la gauchada. / A darlo todo sin pedir nada. / Y nostalgiosos —como se debe— / por lo perdido, cuando se quiere. / Sentimentales, exagerados, / algo maltrechos de tan golpeados. / Pero dispuestos —ya vas a ver— / a levantarnos y renacer.
Mirá ese fútbol incomparable / de los “taquitos” y los “sombreros”. / Mirá las murgas, que son tan nuestras. / ¡Mirá las pibas formando orquestas!
Después de todo, por más que hicieron, / no consiguieron domesticarnos.
Miralo hermano, se puede ver / como logramos volver a ser.

Pertenencias, de Germán Cavallero (Mención especial)
(recitado)
Yo tuve la canción enamorada / saliendo de mis labios hacia “ella”, / la silla en la vereda de los mates, / la barra de la esquina y sus ausencias.// Yo tuve a mis hermanos y a sus codos / peleando con los míos en la mesa.// Y aquel vaivén del mimbre de los brazos / tejido con ternura por la mama, / y el cuento del abuelo en un susurro / aliado contra brujas y fantasmas.
(Cantado)
Yo tuve tantas cosas que me aflojan. / Infancias tuve muchas, ¡y a Piazzolla! / El fútbol de mi barrio y a mis viejos, / y un sauce de evocar la flor del desencuentro.
Yo tuve las promesas silenciosas / de ser lo que otros no se permitieron, / y ahora que naufrago de esas sombras / soy grito en confesión, naciendo al corazón.
Pero algo se me pierde entre las horas. / Y es grande como el hoy de mi destino. / Aquel que ya no soy / dijeron que se fue / ¡Que un tango lo retenga en el camino!
Yo voy por comisuras del pasado / Buscando aquella voz que aún me nombra.
¿Quién soy? ¡Ya lo sabré! / ¡Entero yo estaré / si junto los añicos de mi historia!
Yo tengo los colores de otros ojos / y el son de mis cabellos, heredado. / Soy nuevo y tan antiguo que soy nadie / o todo un gran gentío, adentro apretujado.
Soy todas esas cosas y un invento / que marcha por las tintas del azar. / ¿Qué más vendrá? ¡Yo doy mis pertenencias / a un verso de apostar, cargado de arrabal!
Pero algo se me pierde entre las horas. / Y es grande como el hoy de mi destino. / Aquel que ya no soy / dijeron que se fue. / ¡Que un tango lo retenga en el camino!
Yo voy por comisuras del pasado / Buscando aquella voz que aún me nombra./ ¿Quién soy? ¡Ya lo sabré! / ¡Entero yo estaré / si junto los añicos de mi historia!

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar|República Argentina|Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.