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Tras el festival de abandonos de Melbourne, la segunda fecha el campeonato de la Fórmula 1 se ve amenazada de nuevo por el caos que podrían provocar la tormenta y las lluvias que se esperan para el Gran Premio de Malasia el domingo (a las 4 hora argentina).
Los pilotos están preocupados, y con razón. “Si llueve de veras, la pista podría quedar intransitable”, teme Nick Heidfeld, del equipo BMW-Sauber, antes de la segunda carrera de la temporada.
“De llover, las condiciones son imprevisibles. Entonces habría que contar con la inmediata aparición del coche de seguridad o incluso con la interrupción de la carrera”, apuntó el jefe de Heidfeld, Mario Theissen.
“Escuché que han instalado buenas zonas de escape. Eso es magnífico, ya que las vamos a necesitar”, subrayó el piloto británico de Honda, Jenson Button. El inglés teme por la seguridad debido a los cambios de reglas, sobre todo por la prohibición del control de tracción, que podría demostrar su importancia en caso de lluvia. “Entonces va a ser un infierno”, señaló.
Según los pronósticos, mañana habrá temperaturas de hasta 33 grados y tormentas. En caso de que durante la carrera comience a llover, tanto los pilotos como los espectadores pueden pasarlo mal.
“Entonces habrá aún más trompos”, pronosticó Heidfeld, después de que en el primer Gran Premio de la temporada, en Australia, sólo cruzaran la meta siete de los 22 autos que partieron de la grilla. Y la pista estaba seca.
En asfalto mojado se notará mucho más la falta de los controles de tracción y del freno de motor. “Sin eso, es bastante difícil”, dijo el piloto de Williams, Nico Rosberg, tercero en Australia.
“Será duro, eso es seguro”, opinó, por su parte, el ganador de Australia y subcampeón mundial Lewis Hamilton. “Por lo menos, el calentamiento de los neumáticos resultará algo más fácil en Malasia debido a las altas temperaturas”, comentó el piloto inglés.
“Normalmente aquí llueve con gran intensidad. Esto puede complicarlo todo bastante”, previno el vigente campeón mundial, el finlandés Kimi Raikkonen. “Hace mucho tiempo que no corro aquí con la pista mojada, y tampoco sé cómo será”, dijo el piloto de Ferrari.
Los problemas que el circuito de 5,543 kilómetros ubicado cerca de la capital malaya (Kuala Lumpur) planteará a los pilotos, incluso con sol radiante, quedaron ya patentes ayer en las primeras pruebas. Numerosos pilotos no accionaron con acierto los frenos o patinaron en las curvas.
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