Página/12 :: Deportes :: Que vuelvan los lentos

A la altura de Teodoro García entre las vías y el alto y hasta Echeverría entre las vías y el río de la Plata se extiende el túnel “de Libertador”, a metros solamente de las Barrancas de Belgrano y de la estación Belgrano C del ramal Retiro-Tigre del Ferrocarril Mitre. Sus paredes, de algún modo medianeras de las calles que hacen como de colectoras, fueron casi desde siempre, pero últimamente cada vez más, botín preciado de no demasiado variopintos —por la tipografía y por el tipo de mensajes pareciera que también allí hay monopolio y posición dominante— encargados de pintadas respaldatorias de candidaturas, tanto de dirigentes de clubes deportivos como de candidatos electorales.

Casi en sintonía con el tradicional paredón que separa el predio de River Plate de la avenida Lugones, a menos de diez cuadras del que nos ocupa, pareciera que da lo mismo “Gracias Néstor... Fuerza Cristina”, que un ambiguo y enigmático —o no— “Militancia social... S.B.” o el más reciente “El socio Roberto Digón presidente de Boca... Carlos Bianchi director técnico”, en referencia a la candidatura del ex combativo gremialista tabacalero buscando suceder a Mauricio Macri y a Pedro Pompilio, pero aparentemente desde otra vereda. Tales las sucesivas inscripciones en las paredes del túnel.

Mientras que desde otra mirada, en carteleras de vía pública, uno supone que es gente de River la que se solaza, aparecieron carteles, después de que San Lorenzo le ganara a Boca, haciendo referencia a la convalecencia de Riquelme de algunas semanas atrás, con una leyenda que remeda la franelera convocatoria para posadolecentes de días atrás en el Planetario y no precisamente para compartir porros: “Que vuelvan los lentos”. Como si la permanente hiperkinesis del actual técnico de River aportara más al juego que la molicie y el superlativo talento de Román.

OPINION

Que vuelvan los lentos