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Deportes|Miércoles, 2 de julio de 2008
La estrategia de Boca renovando contrato a Ibarra y Palermo

Piensa a futuro con veteranos

Se confirma la tendencia: una columna experimentada sostiene al equipo mientras se venden los más jóvenes, jerarquizados.

Por Facundo Martínez
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Hugo Ibarra, a los 34 años, un veterano boquense.

Luego de coquetear con una probable oferta del Santos, Hugo Ibarra (34 años, casi 400 partidos en Primera) obtuvo su acuerdo para continuar jugando en Boca. La renovación de su contrato que, más allá de los típicos tironeos, se presentaba como más o menos predecible –Boca necesita tanto al defensor como él necesita al club– no hace más que confirmar la tendencia de la actual dirección del club, que apuesta a conservar una experimentada columna vertebral, mientras se desprende de un puñado de jugadores que contribuyó a jerarquizar, sacándoles provecho y una buena diferencia.

La estrategia de renovarles a los veteranos y vender a los futbolistas más jóvenes no es novedosa. Vale recordar que todos los veteranos de hoy volvieron al club después de algún tiempo en el fútbol del exterior para reencontrarse en Boca, quizás a contramarcha del progreso económico, con el éxito deportivo que en el Viejo Continente se les presentaba ajeno.

Con Palermo, Ibarra, Battaglia y Riquelme, a quienes se les puede sumar Caranta –más allá de su flojo final de temporada–, Boca elige ser un equipo veterano, pero lo hace pensando en el futuro. Busca que sus juveniles se potencien con el contacto con los jugadores que, sin ninguna duda, han colmado de dicha al club en diferentes momentos.

Boca busca promover a sus jugadores de inferiores. De ahí surgió Luciano Monzón –la revelación del equipo y lo mejorcito que dieron las inferiores después de las apariciones de Gago y Banega– y asomó también Cristian Chávez, cuya proyección le abrió las puertas de salida a Pablo Ledesma, que ya tiene el pasaje en la mano y está listo para irse a jugar al Catania, de Italia.

La resistencia de Pedro Pompilio a que Gimnasia le imponga los términos de la negociación por Ignacio Piatti se basa en estos conceptos: que los platenses se apuren a definirse por los 2 millones de dólares, porque si no “Boca va a mirar para otro lado” o “a recurrir a chicos de las inferiores”. Eso avisa el mandamás boquense.

Para mantener esta estructura exitosa, los ingresos por ventas son fundamentales. De ahí la desorientación que expresa por esas horas el presidente de Boca con respecto a la zoncera de Rodrigo Palacio frente a una jugosa oferta de 25 millones de la Lazio, que ahora se llevaría a Boselli. “Se ha pasado una oferta muy importante para el club”, admitió el dirigente. La cuestión es simple: Palacio está en la edad justa para irse de Boca y acaso retornar dentro de unos años.

Manteniendo a cuatro o cinco veteranos en el plantel, Boca ha logrado buenos resultados. Mejores que los que consiguió cuando la ocurrencia fue repatriar estrellas del exterior. Pero para que esta estructura de formación funcione, Boca debe cuidar como un tesoro a sus jugadores de las categorías inferiores. De ahí que el viaje a España del volante juvenil Sebastián Nayar –representado por el mismo empresario que se llevó a Oscar Trejo al Mallorca– para incorporarse al Recreativo de Huelva, utilizando la patria potestad, hiciera que Pompilio pusiera el grito en el cielo y le exigiera a la AFA que “cuide el patrimonio de los clubes porque si no van a quedar todos en cero en el corto plazo”.

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