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Deportes|Domingo, 10 de agosto de 2008
RELATOS, FICCIONES, LEYENDAS, MITOS, HISTORIAS, ANECDOTAS

Cuentos chinos VIII

Por Juan José Panno
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- El bronce que sonríe

Valió la pena el madrugón del sábado frente a la tele para ver cómo la simpatiquísima Paula Pareto se quedaba, casi en el último instante, con la medalla de oro en judo, al derrotar a la coreana OK Song Park, en la categoría de hasta 48 kilos. La piba argentina estaba en desventaja, perdía el combate, pero alentada por su entrenador (“dale fiera que falta poquito, dale Peti que vos podés”, se escuchó de fondo) hizo un último esfuerzo, ensayó una toma y puso de espaldas a su rival (waza-ari, que le dicen). Medalla de bronce que no estaba ni en los sueños. Paula Pareto, porteña, nacida el 16 de enero de 1986, tuvo un increíble estreno olímpico. En los dos últimos años había conseguido un saldo favorable en combates de primer nivel internacional: siete triunfos y tres derrotas. En esta categoría el oro quedó en poder de la rumana Alina Dumitru (conmovedor llanto contenido cuando sonó el himno de su país) y la plata para la cubana Yanet Bernoy, que era candidata al oro y se mostró muy apenada en el podio. Primera medalla para Argentina en judo en la historia de los Juegos. Suena mucho el nombre de Daniela Krukower, pero por su diploma de quinta colocación en Atenas.

- Apoyos

Un mes antes de los Juegos el presidente de la Confederación Argentina de Judo, Oscar Cassinerio, les había declarado a los alumnos de la escuela Deportea: “Calidad no nos falta; lo que sí nos falta son medios económicos. Sólo contamos con el aporte de la Secretaría de Deporte de la Nación, que apoya en la participación de pruebas internacionales y también con becas a los deportistas”.

- Papelón pasado por agua

La contracara de Pareto fue la nadadora Georgina Bardach, que terminó última en la serie de su mejor especialidad, los 400 metros combinados en la que había obtenido la medalla de bronce en Atenas. De aquel tiempo de 4m37s51 en Grecia pasó a este decepcionante 5m00s.87 que la ubicó colísima en su serie. “Ni boludeando en los entrenamientos puedo hacer este tiempo”, declaró al final de la clasificación.

- Tiempo loco

En su libro Cómo se forma un atleta, el entrenador de natación Osvaldo Arsenio cuenta una jugosísima anécdota que merece reproducirse: “Hace casi 30 años me sorprendí durante la largada de una prueba de 100 metros libre. Una de mis nadadoras se adelantó visiblemente a la orden de salida, ganando casi un cuerpo de ventaja sobre sus rivales sin que el juez de partida hiciera repetir la ceremonia. Consulté al hombre luego de la prueba y me contestó: “Sí, la vi salir antes, pero ¿qué ventaja pudo haber sacado? Apenas uno o dos segundos”. Semejante respuesta no mereció más que un piadoso silencio. Para mi desazón, el hombre que impartía justicia en un deporte donde para bajar dos segundos un record mundial puede transcurrir hasta un cuarto de siglo, luego llegó a presidente de la Federación. Y estoy seguro de que hasta hoy sigue ignorando el valor de cada segundo. Si se mide absurdamente por el rendimiento de Bardach en relación a Atenas el tipo tenía razón: un segundo no es nada.

- Signos

“Los pies de Yang Huani habían sido atrofiados en la infancia. A los tumbos caminó su vida. Murió en el otoño del 2004 cuando estaba por cumplir un siglo. Ella era la última conocedora del Nushu, el lenguaje secreto de las mujeres chinas. Este código femenino venía de tiempos antiguos. Expulsadas del idioma masculino que ellas no habían podido escribir, habían fundado su propio idioma, clandestino, prohibido a los hombres. Nacidas para ser analfabetas, habían inventado su propio alfabeto hecho de signos que simulaban ser adornos y eran indescifrables para los ojos de sus amos. Las mujeres dibujaban sus palabras en ropas y abanicos. Las manos que los bordaban no eran libres. Los signos, sí.” (“Contrabandistas de palabras”, Eduardo Galeano, Espejos, Siglo XXI Editores.)

- Mujeres futboleras

El equipo argentino de fútbol femenino sufrió una nueva derrota, esta vez ante Suecia, por 1 a 0, pero es remarcable el crecimiento que ha tenido este deporte. En un interesante libro sobre el fútbol femenino, la socióloga Adolfina Janson cuenta que recién en 1991 se produjo el ingreso a la AFA. Por entonces sólo había siete equipos: Platense, Yupanqui, All Boys de Saavedra, Central Córdoba, Sacachispas, Boca y Vélez Sarsfield. En el prólogo de ese libro, la ex jugadora y entrenadora Mónica Santino relata: “Aprendí a contar hasta once en una cancha de fútbol (...), sufrí la imposibilidad de jugar, las peleas para poder ingresar a un picado, las miradas y los chistes que pretendían descalificar (...). Aún hoy en forma permanente tengo que explicar que ser directora técnica de futbol es mi trabajo y no una ocupación informal a la que le dedico mi tiempo libre”. El texto tiene un título significativo: El amor de las mujeres por el fútbol: un derecho.

- Humor benigno

–¿Cómo se dice control antidoping en chino?

–Py Chin.

(Continuará)

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