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Deportes|Miércoles, 18 de febrero de 2009
Debut, victoria y muy poco más

Debut, victoria y muy poco más

Con un gol de Palacio en el primer tiempo, el equipo de Ischia logró los tres puntos, pero se quedó corto a la hora de inflar la red rival, porque el rendimiento no fue lucido. Palermo entró en el complemento buscando aumentar, sin éxito.

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Rodrigo Palacio fue el autor del único gol de la victoria de Boca sobre el Cuenca.

Estaba dado para una fiesta de gargantas afónicas. Pero fue apenas un grito. Boca desembarcó exitosamente en la Libertadores 2009 con una victoria inobjetable sobre el Deportivo Cuenca ecuatoriano, pero la actuación resultó deslucida, la ventaja no superó la mínima, por obra del reaparecido Rodrigo Palacio, y el equipo de Ischia terminó sufriendo de más en el complemento.

Desde el arranque quedó claro cómo iba a plantearse el partido. Porque Boca manejaba la pelota con tranquilidad y el rival invitaba a atacarlo, tirándose muy atrás, formando dos líneas de cuatro, que tampoco achicaban bien los espacios. Por eso, con Riquelme como comandante y tres delanteros que incomodaron siempre, el local se transformó en claro dominador del partido. Tanto que parecía que el gol llegaría como producto de un par de movimientos engranados.

Pero aunque parezca raro la apertura del marcador no llegó por una virtud propia, sino por un error ajeno. Porque antes del cuarto de hora la defensa del conjunto ecuatoriano quedó muy expuesta, dejó una pelota boyando en la puerta del área y Palacio aprovechó: con un derechazo muy potente puso la pelota en el ángulo, pegó en el palo y entró.

Sin embargo, el Cuenca no mostró reacción tras el golpe, siguió abroquelado demasiado cerca de su arco y apostó todo a alguna contra que nunca existió. Boca, mientras tanto, siguió moviendo la pelota de un lado a otro del campo, pero le faltó profundidad. Quizá demasiado confiado por la actitud temerosa del rival.

Con esas dos posturas, el desa-rrollo por momentos pareció un entrenamiento. Y Boca se fue diluyendo producto del paso de los minutos. Aunque atacó hasta con siete futbolistas, nunca le pudo encontrar la vuelta a un rival, que se vio favorecido por la lentitud del manejo de la pelota que tuvo Boca, ya que no pasó grandes sobresaltos. Muestra de esto es que si se tienen que buscar jugadas de riesgo sólo se encuentran dos, con un remate desde afuera desde Ibarra y un cabezazo de Viatri que se fue apenas desviado.

En el complemento, el panorama no cambió ni aún cuando Palermo saltó a la cancha para tratar de aprovechar su eficacia cabeceadora: si Boca no llegaba por abajo, con Riquelme demasiado intermitente en el segundo tiempo, confiaba que la cabeza del goleador podía estirar la cuenta. Pero no pudo ser y, además, Abbondanzieri le tapó el empate a Texeira. Habría sido injusto. Pero, también, una buena lección.

1- BOCA

Abbondanzieri; Ibarra, Cáceres, Roncaglia, Morel; Vargas, Battaglia; Riquelme; Palacio, Viatri, Mouche

DT: Carlos Ischia.

0- CUENCA

Morán; España, Chila, Orrego, Guerrón; Ramos, Granda, Hurtado, Paredes; Texeira, Villalba.

DT: Guillermo Duró.

Estadio: Boca.

Arbitro: Paulo De Oliveira (Brasil).

Gol: 12m, Palacio (B).

Cambios: 56m, Gaitán por Mouche (B); 60m, Matamoros por Granda (C); 63m, Palermo por Viatri (B); 75m, García por Hurtado (C) y Preciado por Texeira (C); 80m, Krupoviesa por Morel Rodríguez (B).

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