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Con Ricardo Caruso Lombardi, de impecable traje oscuro y corbata celeste, dirigiendo y ordenando constantemente a un costado del banco de suplentes, y con un planteo netamente defensivo, con cinco marcadores centrales en la cancha, Racing arrancaba ayer el camino de la recuperación para alejarse de la zona de descenso. Lucero había puesto al conjunto local en ventaja y Racing explotaba de alegría. Pero en tiempo de descuento, apareció Pavlovich y con un cabezazo, ante una pésima salida de Campagnuolo, selló el 1-1 final.
El partido se presentó de arranque muy peleado y, antes que situaciones de gol, lo que abundaba en ambos conjuntos eran las faltas, para las que el árbitro Rafael Furchi no tenía tarjetas. Argentinos insinuaba un poco más tratando de llegar sobre el arco de Campagnuolo subiendo por el sector izquierdo, con una labor aceptable de Romero, y Racing, agazapado en el fondo, buscaba lastimar a la visita en alguna jugada de contraataque.
El equipo de Claudio Vivas, que no contaba con dos de sus principales figuras, Ortigoza y Hauche, ambos suspendidos, se resintió más cuando perdió a Sabia, quien debió dejar la cancha a los 30 minutos con el hombro dislocado. Entonces Racing se animó un poco más, pero sin claridad como para imponerse en el marcador. Leandro González tuvo una oportunidad inmejorable, luego de que Lugüercio –de lo mejorcito de Racing– desbordara por la izquierda y le cediera un centro atrás, pero puso mal el pie y la mandó afuera.
Sobre el final de la primera parte se lo perdió Argentinos, con un tiro libre de Bogado que picó justo antes de Campagnuolo, quien terminó controlando en envió con dificultad.
En el arranque del complemento, González metió un derechazo desde afuera del área que se fue apenas desviado. Caruso Lombardi se agarró la cabeza, como culpando al destino. Sin embargo, unos instantes después, el DT gritó su primer tanto como técnico de Racing: Sosa y Mercado armaron una buena pared por la franja derecha, que terminó en un centro de González que Lucero conectó de cabeza para poner el 1-0 y desatar el delirio de los hinchas, que saboreaban la primera victoria en el Clausura.
En ventaja, los locales se soltaron un poco más para intentar liquidar el trámite. Pero Argentinos no se resignaba a la derrota y daba batalla en el mediocampo, aunque no encontraba la claridad necesaria como descontar. Racing terminó el encuentro aguantando atrás los tibios intentos de visita. Y saboreaba el triunfo, pero el diablo metió la cola y, en tiempo de descuento, Argentinos anotó el empate en jugada de pelota parada, con un cabezazo letal de Pavlovich. Caruso no podía creer lo que veían sus ojos.
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