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Deportes|Sábado, 25 de abril de 2009
Dani Sordo ganó la durísima primera etapa del Rally de Argentina

Un mini Dakar en la sierra

Hubo tanta piedra y polvo que algunos compararon esta prueba con el maratón que se corrió a comienzos de año. Los que participaron de ambas competencias no se pusieron de acuerdo. Loeb eligió no ganar y la etapa de hoy puede ser peor.

Por Pablo Vignone
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Mikko Hirvonen, en Capilla del Monte. En La Cumbre, aflojó y quedó segundo.

Desde Villa Carlos Paz

Roca dura, piedra traicionera, polvo en suspensión durante la mañana, lluvia y barro a la tarde. La desafiante primera etapa del Rally de la Argentina 2009, organizado por el Automóvil Club Argentino en Córdoba, le trajo a más de uno reminiscencias del Dakar, la competencia que shockeó al automovilismo nacional a comienzos de año. “Algunos de estos especiales se parecen más a los del Dakar que a los de un rally normal”, se quejó el africano Conrad Rautenbach al arribar al parque cerrado. El español Dani Sordo (Citroën) está ganando porque fue el único que no evitó acelerar.

El Dakar tiene poco que ver con el Mundial de Rally pero aquí, ayer, no se notó tanto. Las condiciones de competencia se extremaron cuando la sequía de los últimos meses le abrió paso a la lluvia que afectó la segunda parte de la etapa de ayer, en el Valle de Punilla. El estado de los coches de punta –lateral roto en Citroën de Loeb, guardabarros caído en el de Petter Solberg, trompa lastimada en el coche de Sordo– mostraba las penosas huellas del esfuerzo.

Pero tras una impecable batalla táctica, ¡oh, sorpresa!, Seb Loeb no lidera. El francés adujo que el motor de su auto se detuvo en dos ocasiones, pero otros pilotos sugieren que no aceleró lo suficiente para evitar ganar: eso le supone no tener que largar primero la etapa de hoy y evitar “limpiar” la ruta, reduciendo los riesgos. Mikko Hirvonen (Ford), que hasta el último especial compartía el liderazgo con Sordo, se “olvidó” de acelerar en La Cumbre y quedó segundo.

El puntero es el compañero de equipo de Loeb, Dani Sordo, que es navegado por un catalán, Marc Martí, que antes lo hacía con Carlos Sainz hasta que el madrileño dejó el Mundial y empezó a correr el Dakar. Pero hay más “sobrevivientes” de la maratón que se disputó a comienzos de año entre la Argentina y Chile, como el príncipe qatarí Nasser Al Attiyah, que camina tercero en el Grupo N de Producción, superado por pilotos argentinos como Gabriel Pozzo (que había abandonado el Dakar en Mendoza y ayer casi abandona en Punilla), que terminó agotado la etapa, o Rubén García, el navegante de Marcos Ligato que dio la vuelta en el Dakar acompañando al ex piloto de Fórmula 1 Eliseo Salazar.

“Algunas partes del recorrido parecían del Dakar, aunque los coches son distintos”, apuntó con una sonrisa Al Attiyah ante la consulta de Página/12. Al qatarí se le dobló la columna de dirección de su Subaru. “El Dakar es otra cosa completamente distinta –repuso Pozzo–, pero es cierto que la etapa fue bastante dura.” García, en cambio, subrayó que “nosotros corremos en Chipre o Grecia, que es peor que acá. Me parece que se quejan de más”.

El compañero de equipo de Al Attiyah en el Dakar, el mendocino Orlando Terranova, está ganando un rally-raid (una maratón del mismo estilo) en Túnez. Y el presidente del ACA, Jorge Rosales, sugirió en el arranque de este rally que “en un futuro mediato, el club pueda dar apoyo al Dakar en Argentina y Chile”.

A mitad de la etapa, la pelea en el camino era tan dura que los cinco primeros (Hirvonen, Loeb, Sordo, Solberg y Jari-Matti Latvala) estaban apretados en menos de 10 segundos y los cuatro especiales de la mañana habían sido ganados por cuatro pilotos distintos. La lluvia retrasó a Latvala al sexto lugar, y Loeb adujo problemas con el motor. Sordo terminó ganando la etapa por 5s1 sobre Hirvonen, 16s3 sobre Loeb y 18s9 sobre Solberg. Muy apretado, muy poco convencional en un rally que suele ser propiedad del campeón mundial.

El crédito cordobés, Federico Villagra, tuvo una jornada rara: se le paró el motor, se le salió el volante, golpeó la puerta de su Focus y, como corrió mejor bajo la lluvia vespertina, terminó octavo entre diez participantes de la clase WRC, a 2m38s9 de Sordo. “Pero en otros rallies me sacan más ventaja”, admitió con extraña conformidad. “Está todo bien.” Su objetivo para hoy es Matthew Wilson (7º) que le lleva 15 segundos.

Piedras no faltaron en toda la ruta, pero por las dudas unos guasos que habían pasado toda la noche expuestos al frío, al pie del cerro Uritorco, acumularon unos brutos cascotes a la entrada y la salida de un retome. Muchos pilotos se quejaron (“fue demencial”, opinó Villagra), y la cámara a bordo de uno de esos autos los capturó en imagen: la policía cordobesa detuvo luego a seis hombres y una mujer por el episodio.

El Rally irá hoy a Traslasierra, escenario de las pruebas de mayor altura de todo el Mundial, una zona que, se espera, el Dakar transitará en su edición 2010. Se disputarán nueve especiales (incluido uno en el Estadio Córdoba, a las 19.05, televisará Fox Sports) sobre 141 kilómetros. Las condiciones no serán más livianas que las de ayer (“puede ser más bravo que la primera etapa”, sugirió Pozzo), pero sí distintivas: hoy puede haber hielo en Traslasierra... en el Dakar no nieva nunca.

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