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Deportes|Viernes, 15 de mayo de 2009
ELOGIOS PARA LIONEL MESSI DE SU ENTRENADOR JOSEP GUARDIOLA

“Un jugador como él no tiene precio”

“Hay que mimarlo, cuidarlo y dejarlo jugar”, señaló el DT del Barcelona. En la ciudad ya palpitan la final de la Champions League.

Por Sebastián Fest
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Messi fue figura excluyente en la conquista de la Copa del Rey.

Sir Alex Ferguson, Cristiano Ronaldo y todo el Manchester United tienen desde hoy una clara preocupación, un problema que responde al nombre de Lionel Andrés Messi. “¡Cambiá a Messi, Guardiola, cambiá a Messi!”, gritó la hinchada del Barcelona en los últimos minutos del espléndido 4-1 del club catalán a los vascos del Athletic de Bilbao en la noche del miércoles. La vigésimo quinta Copa del Rey ya era un hecho y los hinchas buscaban no arriesgar el ansiado “triplete”, un sueño para el que Messi es pieza clave.

Destino de incontables patadas a lo largo del partido, Messi ya había cumplido. Había marcado el segundo gol sabiendo esperar y evitando la tentación de pegarle de primera y había intervenido en el de Bojan y provocado el tiro libre convertido por Xavi. Messi ya había jugado como el mejor Messi, hasta había recibido una amarilla por protestar. ¿Para qué exponerse a que una patada de más lo dejara fuera de la final de la Champions League?

Guardiola no cedió, en parte, porque Messi quería seguir. “Oí que pedían el cambio, pero que estén muy tranquilos, estoy bien y podía seguir hasta el final”, señaló Messi, ante el que Guardiola pierde cualquier noción de poder o control. “Cuando Messi toma la pelota, ¿qué influencia tengo yo en eso? Ninguna”, aseguró con su tono pausado y “zen” el ex mediocampista, cerebro y corazón de un equipo que se puede convertir en el más exitoso de la historia del Barça.

Messi sabe por fin a sus 21 años lo que es ganar una final con el Barcelona. Lesionado, no había podido jugar la de la Champions League en mayo de 2006 ante el Arsenal ni la del Mundial de Clubes meses más tarde ante el Internacional de Porto Alegre. En la de la Supercopa de España ante el Sevilla jugó, pero el Barça cayó de manera estrepitosa.

Esa sensación de lo que es ganar una final no se la quita nadie ya, y es un aperitivo ideal para la del 27 de mayo en el estadio Olímpico de Roma, en la que dispone de la oportunidad de un duelo directo con el portugués Ronaldo para terminar de aclarar quién es el mejor del mundo.

Que es el mejor del Barça no lo duda nadie. Ni sus compañeros, que aceptan que cobre más que todos y se le tengan consideraciones especiales a la hora de descansar, ni Guardiola. “Lio, para mí, nunca juega mal. Lio es diferente, estos partidos son los suyos. Es él, él y él”, describió el entrenador, que valora a Messi sobre todo por su intangible futbolístico, aunque tenga números muy concretos para sostener esa admiración.

Con 37 goles en lo que va de la temporada, Messi es el máximo goleador blaugrana y está a cinco de los 42 que consiguió Ronaldo cuando fue premiado como Botín de Oro del fútbol europeo. A esas cifras, Messi llega no sólo por su acierto de cara al arco, sino también por su capacidad de seguir la jugada con presencia hasta que ésta se acaba. Casi nunca se queda mirando lo que pasa cuando el gol ronda el arco, siempre imagina una posibilidad que otros no ven. Algo de eso pasó en la noche del miércoles en Valencia, en la jugada de gol que Messi inició y terminó y que le dio el 2-1 al Barcelona para abrir el camino a la goleada.

De las lesiones que complicaron sus temporadas anteriores no hubo noticias este año, y de sus supuestas dudas a la hora de los grandes momentos nadie en su sano juicio se atreve ya a hablar. Tres momentos de Messi en las últimas seis semanas: jugó un gran partido ante Venezuela en el debut oficial de Diego Maradona como entrenador de la Selección Argentina, fue “el” hombre en el 6-2 al Real Madrid en el Bernabeu y el paciente, pensante y tan intenso como frío jugador que dio el pase de gol a Andrés Iniesta para eliminar en el último minuto al Chelsea en la Champions League.

Guardiola, que no improvisa nunca y mide cada una de sus palabras, tiene muy claro lo que está pasando: “Que el Barça tenga un jugador como él no tiene precio. Hay que cuidarlo, mimarlo y dejarlo jugar”.

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