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Deportes|Miércoles, 10 de junio de 2009
La organización de megaeventos deportivos está en peligro

El fútbol y el gran negocio

En Play the Game, la sexta conferencia mundial sobre el deporte globalizado, se debatió sobre los inconvenientes económicos que deben afrontar los clubes en esta época. Las conclusiones fueron diversas.

Por Pablo Vignone
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David Boyle, presidente de Support Direct, durante su exposición.

Desde Coventry

¿Es posible pensar en continuar con la organización de megaeventos deportivos en el marco de la crisis económica mundial? Así como algunos economistas ven signos positivos en determinados indicadores sociales, otros los advierten en el fútbol. “Si uno estudia la manera en la que el fútbol se las arregló durante la Gran Depresión de 1929 o en los años recesivos del thatcherismo en Inglaterra, no cabe duda de que es mucho más estable a largo plazo que el mundo de los negocios –señala el doctor Stefan Szymanski, de la Universidad de Londres–. Han desaparecido pocos clubes pero muchas industrias a lo largo de todo ese período.” Pero el fútbol no puede entenderse sólo como un negocio, repone David Boyle, presidente de Support Direct, una organización de hinchas que acude al rescate de los clubes. “Si los clubes no quiebran es porque los hinchas pelean por ellos y se involucran económicamente. Al fútbol hay que entenderlo desde la ambición pero también desde la pasión”, apunta. El debate se hace intenso en Play the Game, la sexta conferencia mundial sobre el deporte globalizado que se está llevando a cabo en esta ciudad. Y la conclusión no es unánime.

“Nosotros sabemos que para los clubes de Europa es cada vez más difícil competir con los grandes, como el Manchester United o el Barcelona, en la Champions League –responde William Gaillard, portavoz de Michel Platini, el presidente de la UEFA–, pero no podemos hacer mucho para cambiar esa situación tan predecible.” En Europa los clubes también quieren jugar más partidos para ser televisados y recaudar más dinero. “La pregunta es si el fútbol va a sobrevivir como juego, con todo el dinero que genera”, subrayó, indicando que la relación entre equipos grandes y chicos es de 25 a 1 en Inglaterra pero de 100 a 1 en España o Italia.

Una desventaja del crecimiento económico desmedido o no planificado y de la globalización del fútbol es, según Szymanski, que los mejores equipos del mundo no juegan entre sí, salvo en contadas ocasiones, como en la Champions League. Eso si continúa en vigencia, ya que según la socióloga Katarina Pijetlovic, de la Universidad de Tallin, la búsqueda de beneficio de los clubes grandes llevará pronto a la creación de una Super Liga Europea, en la que sean ellos y no la UEFA los que decidan las reglas.

Gaillard confirmó a este diario que la FIFA hará entrar en vigencia a partir de la próxima temporada la regla según la cual quedan prohibidas las transferencias de jugadores menores de 18 años a Europa, una medida que tanto buscaban Julio Grondona y los clubes argentinos. “Cualquier transferencia de ese tipo será investigada por la UEFA y se impedirá que el jugador compita en el club europeo”, indica Gaillard, que no cree que la regla “6+5” propuesta por el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, para que cada equipo tenga al menos seis jugadores de nacionalidad local, se imponga. “No veo que las regulaciones de la Unión Europa vayan a cambiar, así que mientras tanto es imposible”, opinó.

Brasil ya tiene sedes para el Mundial 2014, pero como explicaron los periodistas brasileños Rafael Maranhao y Bernardo Pires, el torneo sólo podrá hacerse con dinero del gobierno federal. Lo mismo sucederá en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, pensados con financiación mixta, aunque hasta ahora el aporte privado no se concretó. “Son las políticas keynesianas que implementan los gobiernos para salir de la crisis las que pueden ayudar a proyectos como Londres 2012”, coincide Wladimir Andreef, economista de La Sorbona, para quien “los países que más gastan en deporte son los que más medallas obtienen”.

Boyle proyecta una mirada pesimista sobre el futuro del fútbol en la crisis. “Salir no será tan sencillo porque, en la última recesión, ver un partido en la cancha costaba lo mismo que ver una película en el cine. Ahora, una entrada a la cancha vale lo mismo que un ticket para la ópera.” Fútbol y negocio no son lo mismo, subrayó: “¿Cuánta gente pide que arrojen sus cenizas en un supermercado?”.

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