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Desde Wimbledon
El croata Ivo Karlovic está listo para disparar de nuevo con su poderoso servicio. Hoy tendrá en la mira al suizo Roger Federer, que deberá protegerse para avanzar a las semifinales de Wimbledon y mantener su triple objetivo: el sexto trofeo en césped, el decimoquinto Grand Slam y el número uno del ranking.
Precisamente ante Karlovic, en agosto, Federer concretó su abdicación como rey del tenis en favor del español Rafael Nadal. Una derrota, la única en nueve duelos contra el croata, en Cincinnati, supuso el final de un largo mandato que puede retomar si el domingo gana en Wimbledon.
Karlovic, de 30 años y 36 del ranking mundial, 2,08 metros de altura y 104 kilos de peso, es peligroso y no sólo por el recuerdo. Lleva 137 aces en los cuatro partidos y 622 en los 31 de 2009. No ha cedido su saque en Londres y sólo ha concedido cuatro oportunidades, todas en el primer encuentro. Eso lo transforma en el rey del tie-break, donde se decidirá el partido.
“Me gusta este tipo de desafíos”, dijo Federer, que aseguró que quizá no sea lo más divertido para el público. “Ha llegado a ser un gran jugador, no sólo un sacador, no debe ser subestimado”, alertó.
“No es tenis”, se quejó el español Fernando Verdasco, víctima de Karlovic en los octavos de final, el lunes. “Contra Federer le tiembla más el brazo que contra otros, en los momentos importantes gana Federer en los tie-breaks”, señaló Verdasco sobre la posibilidad de que Karlovic pueda dar el golpe y batir al máximo favorito.
“La presión de jugar contra Federer la nota, como todos los demás. Su saque baja de efectividad y Federer le termina ganando por los pelos. Pero si no lo afecta y saca como contra mí, le puede ganar en tres tie-breaks”, alertó Verdasco del peligro del bombardero.
El Federer-Karlovic abrirá la cancha central y le seguirá el duelo más esperado por el público local. El británico Andy Murray, tras su sufrido triunfo de cuatro horas y cinco sets ante Stanislas Wawrinka, se mide con el español Juan Carlos Ferrero.
La única vez que se enfrentaron fue hace pocos días, en el césped de Queen’s y el triunfo fue para Murray, tercer favorito. “Ferrero es duro, juega bien en todas las superficies. Fue número uno”, recordó Murray el estatus del español.
Nunca un escocés fue tan querido por los ingleses, que lo han adoptado como ídolo, aunque no genere las simpatías del ya retirado Tim Henman, cuatro veces semifinalista –la última en 2002– y típicamente inglés. Murray es diferente. Irónico, frío, arrogante para muchos y poco sonriente. El tenis de Henman generaba ilusión y esperanza siempre al borde del precipicio. Murray, mucho más dotado, provoca expectativa. Porque la posibilidad de que triunfe es real.
Ferrero, que ahora es 70 del ranking, busca renacer. Recibió una invitación para jugar en el césped del All England Club y ya está en cuartos. Quiere ser descortés y arruinar la fiesta que se volverá a vivir en la cancha central.
Además de Federer y Ferrero, habrá otros dos ex número uno en la cancha hoy: el estadounidense Andy Roddick contra el australiano Lleyton Hewitt, en un duelo de “viejos rockeros”.
Hewitt lidera 6-5 los choques entre ambos. Roddick, sexto jugador del mundo y dos veces finalista en Londres, ganó los dos encuentros previos sobre césped, pero el australiano, campeón en 2002 tras vencer en la final a David Nalbandian, está en su mejor nivel tras una operación de cadera en agosto.
El otro cuarto de final lo completan Novak Djokovic, cuarto favorito pero tapado por el brillo de Federer y Murray, y el alemán Tommy Haas, que gan el último duelo entre ambos en la reciente final de Halle, también sobre césped.
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