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Independiente fue superior en el comienzo, como si la oportunidad que le daba el partido de prenderse definitivamente en la lucha por el título empujara las piernas de sus jugadores. Pero enfrente estaba Banfield, el puntero del torneo, que tenía una inmejorable chance de consolidar sus chances de ganar el certamen y no se la hizo fácil. Lo complicó.
Los locales buscaban con insistencia el arco de Lucchetti, pero por más que Gandín se adelantaba como para compartir el ataque con Silvera, el equipo de Gallego carecía de claridad en la zona de definición. Banfield, que parecía querer esperar sus oportunidades, tampoco era incisivo y reducía su ofensiva a pelotazos de media distancia que iban a parar a las manos del arquero Gabbarini.
Con el correr de los minutos, y aunque la lluvia atentaba contra lo que a priori ofrecía el partido, el conjunto de Falcioni entendió que no debía dejar avanzar tanto a los locales y entonces, apoyado en una buena labor de Battión –que reemplazaba al lesionado Maxi Bustos– y del colombiano James Rodríguez, consiguió que su línea media se adelantara unos metros y jugara más cerca de los atacantes uruguayos Fernández y Silva.
El Rojo intentó conjurar el trabajo de Banfield abriendo la cancha para así tener espacios para llegar con mayor facilidad a las cercanías del arco de Lucchetti, pero le fallaba el juego en la zona media y así sus delanteros entraban muy poco en juego, y no generaban situaciones de verdadero peligro, más allá de algún pelotazo para intentar sorprender al buen arquero de Banfield.
Si al partido le faltaba gol para abrirse, lo encontró Independiente con un lindo pelotazo de Gandín, desde tres cuartos de cancha, que encontró adelantado a Luchetti para el 1-0. Pero, a pesar del delirio de los hinchas del Rojo, la suerte parecía estar del lado de Banfield. Unos minutos más tarde, al intentar despejar una pelota llovida sobre el área, y en sintonía con lo que parece tendencia en el Apertura, Mareque la metió de cabeza en su propio arco y puso el trámite 1-1.
El partido se abrió de golpe, ganó en ritmo y se hizo de ida vuelta, como si a ninguno de los dos les conviniera el empate. Pudo sacar ventaja Bandield, en jugada de tiro de esquina, pero el cabezazo de Silva se fue apenas desviado. Después de lo perdió Quinteros, con un remate al cuerpo de Gabbarini luego de enganchar en el área.
Cuando más lo necesitaba apareció Silva, habilitado por Fernández, y tras quitarse la marca de encima sacó un derechazo cruzado para poner a su equipo 2-1 arriba en el marcador. El final fue vibrante, pero el Taladro supo aguantar la presión de los locales.
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