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La FIFA reaccionó con cifras positivas a los recientes titulares negativos sobre el Mundial de Sudáfrica, cuando faltan poco más de cuatro meses para el comienzo del torneo. Un total de 1,206 millón de solicitudes de entradas de 192 países del mundo contó la FIFA al término de la tercera fase de venta de boletos. Con ello la venta de entradas, últimamente atascada, se disparó de pronto a unos dos millones para el torneo a celebrarse del 11 de junio al 11 de julio. Para los 64 partidos mundialistas hay tres millones de entradas disponibles, con lo cual todavía queda un millón de tickets por venderse cuando faltan 134 días para el partido inaugural, Sudáfrica-México, en Johannesburgo, el 11 de junio.
“Nos sentimos muy felices por el aumento de la venta”, dijo hoy el jefe del comité organizador, Danny Jordaan, en Johannesburgo. El secretario general de la FIFA, Jerome Valcke, se mostró también aliviado. “Es un satisfactorio aumento del interés”, dijo Valcke.
Los organizadores se alegran especialmente ante la gran demanda del país anfitrión, con 950.000 peticiones. “Se agotarán todas las entradas para los partidos del equipo sudafricano”, aseguró Jordaan.
Como las cifras publicadas la semana pasada eran decepcionantes en casi todos los países europeos, la FIFA acordó opciones de compra alternativas en Sudáfrica y una nueva fase de venta internacional del 9 de febrero al 7 de abril. La última fase de venta terminará inmediatamente antes del comienzo del torneo. En Sudáfrica los aficionados pueden adquirir las entradas directamente en ventanillas.
El valor individual de las entradas para el partido inaugural va de 200 a 450 dólares; para los encuentros de la fase de grupos, cuestan de 80 a 160 dólares. Hay que pagar de 100 a 200 dólares por un partido de octavos de final, de 150 a 300 dólares por uno de cuartos y en semifinales es necesario abonar de 250 a 600 dólares. Para el encuentro por el tercer puesto, el precio cae a entre 150 y 300 dólares, pero la final del 11 julio costará de 400 a 900 dólares. Los paquetes de entradas abaratan el costo: un combo de tres partidos de fase inicial, uno de octavos, uno de cuartos, una semifinal y la final cuesta 2728 dólares (10.475 pesos).
“No maten al Mundial antes de que se celebre”, pidió Valcke. “Es triste levantarte cada mañana y que haya artículos procedentes de la familia del fútbol mundial diciendo que la gente no debería volar a Sudáfrica, que éste es un país peligroso, que no es bueno, que no hay razón para que ninguna persona vuele a Sudáfrica porque es un país que está loco, que la FIFA y Blatter tomaron una decisión equivocada al organizar el Mundial en Sudáfrica”, lamentó Valcke. “Esperen a que se celebre el Mundial. Denles una oportunidad a los sudafricanos.” Valcke solicitó más ofertas de vuelo de Europa. En muchos vuelos ya no hay plazas, y por lo tanto hay que remediar ese estado de cosas, dijo.
Pero luego afirmó que las críticas más feroces llegan de Inglaterra y Alemania: “Estos dos países son voces muy importantes en la familia del fútbol y cada vez que hablan del Mundial están inmediatamente en los titulares”, se quejó.
“Blatter tenía que imponer su voluntad llevando el Mundial a Africa, pero estoy convencido de que en su fuero interno se ha dado cuenta de que fue un error”, opinó el presidente del Bayern Munich y campeón mundial con Alemania en 1974, Uli Hoenness. “Ha sido uno de los errores más grandes; yo allá no voy.”
Pero le contestó su ex compañero en ambos equipos, Franz Beckenbauer. “Los europeos se sirven con gusto de los mejores jugadores africanos, pero no quieren un Mundial en Africa. Es algo que no encaja.”
Horas antes la FIFA había publicado valores de encuesta positivos. El 90 por ciento de los habitantes de Ciudad del Cabo se sienten muy “orgullosos” de que el Mundial se celebre en su país, según la encuesta encargada por el ente rector del fútbol mundial. El 84 por ciento cree en una exitosa organización del torneo y un 91 por ciento espera contar con puestos de trabajo adicionales. Pero un 70 por ciento sigue temiendo un encarecimiento de los bienes de consumo.
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