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Deportes|Viernes, 29 de enero de 2010
TENIS > ANDY MURRAY, PRIMER FINALISTA DEL ABIERTO DE AUSTRALIA

La raqueta tocada por la magia

El escocés jugó un partido sensacional para eliminar al croata Marin Cilic, el verdugo de Juan Martín Del Potro, y busca su primer Grand Slam, una conquista que se le resiste al tenis británico desde hace casi 75 años.

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“Quiero hacer el último intento y ganar un Grand Slam”, dijo Murray.

Sólo un escalón más y el talento mágico de Andy Murray recibirá la recompensa suprema de un título de Grand Slam. El hombre dueño de todos los golpes en el tenis venció ayer al croata Marin Cilic para meterse en la final del Abierto de Australia y ganarse una segunda oportunidad.

“Uno trabaja para esto. Quiero hacer el intento y ganarlo”, afirmó tras su victoria por 3-6, 6-4, 6-4, 6-2. Dueño de 14 títulos, la obtención de un Grand Slam es todavía la materia pendiente para el británico de 22 años, que estuvo más cerca que nunca en el US Open 2008 pero se topó ante el suizo Roger Federer.

El año pasado fue candidato en tierra propia, Wimbledon, pero se quedó en el camino. El domingo, otra vez frente al número uno del mundo o ante el francés Jo-Wilfried Tsonga (que jugaban la otra semifinal hoy a las 5.30), Murray buscará el bronce que se le resiste al tenis británico desde 1936, cuando Fred Perry ganó el Campeonato Nacional de Estados Unidos, antecesor del US Open.

En el Rod Laver Arena, Murray regaló ayer momentos mágicos de tenis. En el último game hizo aplaudir de admiración a todo el estadio con un derechazo que pasó por el costado de la red y se metió en el lado de un Cilic que miró incrédulo. En el segundo set hubo un momento clave, en el que el escocés se metió definitivamente en el partido, con una jugada magnífica, en la que voleó dos veces en la red y luego respondió a un globo de Cilic con una derecha paralela con poco ángulo y casi de espaldas al court. “Esto fue lo mejor que he jugado en un Grand Slam”, señaló. El mejor tributo que Murray recibió provino de su vencido: “Lee el juego fácilmente, sirve bien. Es muy bueno en todo y no es fácil jugar contra él, especialmente sobre superficies duras”, admitió Cilic.

En verdad, Murray juega más agresivo que en sus primeros años en el circuito. Al saque, la volea, la derecha, el revés cortado, el drop, les agrega un gran sentido táctico. El domingo buscará lo que aún se debe a sí mismo, un Grand Slam.

Y lo hará, al igual que ayer, ante la mirada de su mamá Judy, la profesora de tenis que le puso pronto una raqueta en las manos y que ahora viaja con él sólo de vez en cuando, para no avergonzarlo. Habitualmente irónico y frío, en la lejana Australia donde nunca había llegado más allá de los octavos de final, Murray da la impresión de tener el corazón más templado, listo para dar el gran golpe.

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