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Deportes|Miércoles, 31 de marzo de 2010
Para Matías Almeyda, lo de River se explica fácilmente

“Este es un club desmantelado”

El veterano volante opinó que la precaria situación institucional de River después de la gestión de Aguilar es la responsable del pésimo momento futbolístico. “Si Astrada no pone a los pibes, tiene que poner al Súper 8.”

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Matías Almeyda va en bicicleta durante la práctica de ayer. El volante analizó el difícil momento del equipo.

Cinco derrotas en once partidos del Clausura 2010, incluida una en el superclásico contra Boca, sólo tres victorias y nunca dos consecutivas, apenas el 36,36 por ciento de los puntos (12 sobre 33 posibles), silbidos e insultos, reclamos de nuevo entrenador –Ramón Díaz se lleva las palmas– y clamor de retornos –en favor de Ariel Ortega–, el momento de River es angustioso. Especialmente porque lo que espera después del Mundial no es nada halagüeño: arrancar el Apertura 2010 en zona de Promoción. El experimentado Matías Almeyda, el vocero oficioso del plantel, aseguró que la floja actualidad deportiva del equipo es “una consecuencia” de un club “desmantelado” por la dirigencia anterior, que encabezó José María Aguilar durante ocho años.

Almeyda respaldó a los jugadores jóvenes por soportar “la presión” de tener que sacar buenos resultados ante las quejas de los hinchas y aseguró que, de no poner a los juveniles, el técnico Leonardo Astrada tendría “que poner al Súper 8 (de veteranos) porque no hay más jugadores; ésa es la realidad del club”.

River venía herido por perder el superclásico ante Boca y el lunes, en la derrota ante Argentinos, los hinchas despidieron con insultos a los futbolistas sin detenerse en jóvenes o experimentados. El delantero Rogelio Funes Mori, que se perdió varios goles en ambos encuentros, fue uno de los más apuntados.

Almeyda insistió en relacionar la realidad futbolística de River con la difícil situación económica por la que atraviesa el club y dejó indemne de responsabilidades a la actual dirigencia encabezada por Daniel Passarella. “Hace tres meses que está y cuando empezaron a levantar las tapas de las ollas se han encontrado con un montón de cosas. Han desmantelado al club, sobre todo en la parte deportiva”, dijo sobre la anterior directiva, que en su último balance aprobó un rojo de 41 millones de pesos. La actual gestión ordenó una auditoría, cuyos resultados se conocerán dentro de poco, aunque desestimó que esos resultados pudieran promover futuras acciones penales.

Almeyda nunca nombró al ex presidente Aguilar, pero trazó paralelos. “Yo viví en el año ’90 en la concentración a la que vamos todos los fines de semana: la frazada con que me tapo hoy es la misma del año ’90. Estamos hablando de River, que ha vendido grandes jugadores, con cifras que todos conocemos, y el momento deportivo es una consecuencia de ese manejo que hubo, de las muchas macanas que se han mandado diez años a esta parte en el club”, lamentó.

El mediocampista comparó su primer paso por el club con el actual: “River ha cambiado, pero no para bien. River tenía jugadores de 28, 32 años y los pibes que venían acompañaban a ese grupo, de a poco se los iba fogueando y de a poco se convertían en grandes jugadores. Ahora los jóvenes tienen que sacar a River adelante, con 17, 18 años. No es fácil para un pibe salir a la cancha y tener que sacar un resultado positivo porque está presente la protesta de la gente que está acostumbrada a ganar”.

De los once titulares que Astrada puso en el campo contra Argentinos, tres tenían menos de 21 años: Fumes Mori (19), Pereyra (19) y Affranchino (20). “Antes eran los grandes los que se hacían cargo de las situaciones, pero ahora, por lo mal que se vinieron haciendo las cosas durante años, no es así”, insistió.

“Debemos ponerles el pecho a las balas. Da tristeza porque este grupo deja todo en la cancha.” El entrenador Astrada deslizó la cuestión de la hombría en sus declaraciones posteriores a la derrota contra Argentinos (“no se trata de tener 18 años o 35”, dijo) y Almeyda coincidió con él. “Yo tengo fe en que vamos a salir de esta situación, acá hay que poner todo lo que uno tiene y el que la vea difícil se tiene que ir. Somos un grupo muy pegado y eso nos va a ayudar a salir de este mal momento”, apuntó. “Se pueden caer sobre el técnico, el preparador físico o los jugadores, pero las cosas se están haciendo bien. Sin embargo, mientras la pelota no entre en el arco no podemos decir nada”, agregó.

“Hubo compañeros que jugaron lesionados, pero eligieron ponerle el pecho a esta situación. (Juan Manuel) Díaz, por ejemplo, jugó con el tobillo hinchado. El sacrificio cuando no se gana no cuenta y se habla con el diario del otro día”, lamentó.

Ante la necesidad de sumar puntos para engordar el promedio para la temporada próxima, Almeyda deslizó que personalmente está dispuesto a seguir aportando al club “hasta que se me caigan los músculos en la cancha”. Para el volante, “la lucha nuestra será hasta el último minuto de este campeonato y va a comenzar desde el primer minuto del otro campeonato, porque River no va a cambiar de un partido para otro”.

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