Desplegando una enorme superioridad en el campo a lo largo de los 90 minutos, España se convirtió en el segundo finalista de la Copa del Mundo, al superar merecidamente a Alemania con una notable actuación de Andrés Iniesta y un gol de cabeza de Carles Puyol. Sin la pelota, los verdugos de la Argentina lucieron descoloridos y tendrán que jugar por el tercer puesto contra Uruguay. A los españoles los espera Holanda, otro que nunca fue campeón del mundo.