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Estudiantes dio una prueba de fútbol y carácter para acercarse más al título del Apertura. Con una contundencia llamativa, el conjunto de Alejandro Sabella goleó 4-0 a River en el Monumental y mantiene los dos puntos de ventaja sobre Vélez, a falta de un partido. Por eso, con una victoria ante Arsenal, volverá a gritar campeón.
Estudiantes llegaba herido, sin Verón, su capitán, y sin Enzo Pérez, su mejor jugador a lo largo del Apertura. Del otro lado, River pintaba como un rival complicado, con diez de los últimos doce puntos ganados y con el ánimo bien alto por haber salido de la Promoción. Sin embargo, no hubo tiempo para ver cómo le afectaban todos esos factores al equipo de Sabella. Al minuto, una volea de Gastón Fernández sacudió el palo derecho de Carrizo. Y sesenta segundos después, el tanto de la apertura y de la tranquilidad llegó con una fórmula repetida: tiro libre en forma de centro de Benítez para la entrada, esta vez, de Desábato, que casi lanzado en palomita superó al arquero.
Con la ventaja, Estudiantes empezó a jugar el partido que pretendía. Por el contrario, con toda la carga de adrenalina que traían, los futbolistas de River, con aquel cruce de declaraciones con el ausente Verón, equivocaron las maneras. Por eso en vez de intentar apostar por el fútbol, buscaron dar vuelta la historia con manoseos, provocaciones y juego friccionado. Con la serenidad del 1-0, el líder no se dejó llevar por delante ni se amedrentó por el nerviosismo de River y dejó correr el tiempo sin pasar sobresaltos en el área de Orion. Claro que se mostraba agazapado, a la espera de algún descuido del fondo del conjunto de Núñez.
Y en la última jugada del primer tiempo esa desatención llegó: tras un despeje en la puerta del área, Maxi Núñez apareció muy solo por la derecha, sin ningún jugador de River cerca. Con tiempo para pensar, el ex Temperley eligió habilitar por el medio a Matías Sánchez, que sin oposición anotó el segundo gol.
Si bien Estudiantes había sido más, los dos goles de ventaja eran una diferencia excesiva. Y ni hablar de lo sucedido en el comienzo del segundo tiempo: Maidana lo tomó en tres cuartos a Gastón Fernández y se ganó la segunda amarilla. Y de ese tiro libre, Carrizo falló en el puñetazo y le dejó la pelota servida a Rojo, que con una media vuelta anotó el tercero.
Allí el partido en sí se terminó. River ya no tenía respuestas anímicas ni futbolísticas como para revertir la situación, mientras que Estudiantes se mostraba cada vez más cómodo con el desarrollo. Por eso no extrañó que llegara el cuarto tanto, que fue calcado del primero, con la única diferencia de que el autor del cabezazo goleador tras la asistencia de Benítez fue Mercado. Por más que todavía quedaba más de media hora, el resto del partido no entregó demasiado. Por un lado, River se preocupó más en no recibir más goles que en buscar la remontada heroica. Y por el otro, Estudiantes dosificó esfuerzos, cuidó a los jugadores amonestados y lesionados y se dedicó a esperar el final. El trabajo ya estaba hecho.
Ahora tiene todo para festejar el domingo ante Arsenal.
0- RIVER
Carrizo; Maidana, Ferrero, Román; Ferrari, Acevedo, Almeyda, Pereyra; Lamela; Funes Mori, Pavone.
DT: Juan José López.
4- ESTUDIANTES
Orion; F. Fernández, Desábato, Ré; Mercado, Braña, M. Sánchez; Rojo; M. Núñez, Benítez; G. Fernández.
DT: Alejandro Sabella.
Estadio: River.
Arbitro: Diego Abal.
Goles: 2m, Desábato (E); 45m, M. Sánchez (E); 47m, Rojo (E); 57m, Mercado (E).
Cambios: 56m, Lanzini por Acevedo (R) y J.M. Díaz por Ferrari (R); 58m, Stefanatto por Braña (E); 62m, Iberbia por Rojo (E); 73m, H. López por G. Fernández (E); 78m, Buonanotte por Lamela (R).
Incidencia: 46m, expulsado Maidana (R).
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