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Deportes|Jueves, 27 de enero de 2011
Nadal cayó en cuartos de final del Abierto de Australia ante Ferrer

Se quedó sin el “Rafa Slam”

El español sufrió una lesión muscular y decidió jugar igual ante su compatriota, que lo liquidó en sets corridos. Así, el número uno vio esfumarse su sueño de ganar los cuatro grandes del tenis en forma consecutiva.

Por Sebastián Fest
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Nadal, afectado por la lesión muscular, se lamenta durante un break del partido ante Ferrer.

Desde Melbourne

El sueño de ganar su cuarto torneo de Grand Slam consecutivo se hizo pedazos ayer para el español Rafael Nadal al caer ante su compatriota David Ferrer en los cuartos de final del Abierto de tenis de Australia. “Es una victoria para mí, pero no es una victoria real”, dijo Ferrer, séptimo del ranking mundial, que ganó por 6-4, 6-2 y 6-3 ante un número uno limitado por problemas en la pierna izquierda. Su rival mañana será el británico Andy Murray, en tanto que el suizo Roger Federer y el serbio Novak Djokovic se enfrentarán hoy en la otra semifinal.

“No fue fácil, porque Rafa es un caballero y jugó lesionado. Hice mi juego, jugué agresivamente y traté de definir en la red. Vi que Rafael no podía correr, pero me concentré en mi juego”, añadió un Ferrer aplaudido por todo el estadio en reconocimiento a su sinceridad.

Así, Nadal no pudo concretar la hazaña del “Rafa Slam” tras haber ganado Roland Garros, Wimbledon y el US Open en 2010. Ferrer, campeón de Auckland hace diez días, sigue invicto en 2011 y jugará su segunda semifinal de Grand Slam tras la del US Open 2007.

El “Rafa Slam” fue una etiqueta creada por los medios en las últimas semanas, aunque no por ello fuera poco importante: consistía en la suma de cuatro títulos de Grand Slam consecutivos en dos años calendario diferentes. Donald Budge y Rod Laver son los únicos en haber ganado los cuatro grandes en una misma temporada.

El partido comenzó con enorme intensidad. La batalla desde el fondo fue feroz, con un Ferrer muy incisivo con su derecha, clave para quebrar el servicio de Nadal y colocarse 2-0 tras 23 minutos de juego, una eternidad para tratarse de dos games. Pero esos dos juegos marcaron a fuego el partido, porque en uno de los feroces peloteos desde el fondo algo le pasó a Nadal en su pierna izquierda. “En el cambio de lado necesito el fisio”, le advirtió el número uno a la jueza de silla. Y así fue. Nadal se fue al vestuario y tardó varios minutos en regresar. Empapado en sudor y con gesto serio, miró al regresar a su tíoentrenador, Toni Nadal.

Pese a los problemas Nadal luchó y quebró el servicio de Ferrer cuando éste sacaba 5-3 para llevarse el set. Fueron los últimos arrestos. Nadal salvaría dos set points atacando y definiendo en ambas ocasiones con voleas de derecha. Pero en el tercer set point Ferrer encontró el resquicio: devolvió una derecha con slice, casi arrojándose para atajarla, y Nadal tiró ancha su derecha invertida. Setenta minutos de juego y 6-4 para el hombre en el que muy pocos confiaban.

Lo que vino después tuvo escasa relevancia, pero el inicio del segundo set ofreció un momento ciertamente bizarro, quizás nunca visto en el tenis: Australia celebraba su día nacional, el “Australia Day”, y durante diez minutos Nadal, Ferrer y los miles de espectadores se resignaron a mirar el cielo iluminado por los fuegos artificiales.

Reanudado el juego, el gesto de Nadal era claro reflejo de sus dificultades, aunque también había algo cierto: Ferrer no erraba, jugaba con una intensidad que habría complicado a cualquiera. Y así, en dos horas y 33 minutos, se fue el partido. Una derecha de Ferrer que Nadal ya ni quiso correr y el sueño del número uno de ganar su décimo Grand Slam, postergado al menos hasta Roland Garros. El del “Rafa Slam”, e incluso el del Grand Slam que nadie conquista desde que Laver lo hiciera en 1969, es ahora mucho más lejano e incierto.

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