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Deportes|Martes, 31 de mayo de 2011
Juan Ignacio Chela y un torneo de película en Roland Garros

El Gran Torino que el cine no filmó

Hasta Clint Eastwood se hubiera emocionado: el jugador de Ciudad Evita, de 31 años, que se apoda “Torino” a sí mismo, volvió a cuartos de final del Abierto de Francia siete años después, tras vencer en cinco sets a Alejandro Falla.

Por Sebastián Fest
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Chela, el nuevo número uno del tenis argentino, se consagra en Roland Garros.
Desde París

En 1979, cuando Juan Ignacio Chela nació, el Torino todavía se fabricaba en Argentina. Ya no es el caso, pero el sorprendente tenista está feliz de ser comparado con aquel gigantesco auto “nacional” de tremenda fortaleza y no menos tremendo consumo de combustible. Al igual que los Torino que desfilan por las rutas argentinas muchos años después de que se los dejara de fabricar, Chela sigue circulando por el circuito de tenis, aunque de ninguna manera destartalado como tantos “Toros” que se ven en Buenos Aires y otras ciudades. Al jugador argentino parecen haberle hecho chapa y pintura, porque ayer celebró su regreso a los cuartos de final de un torneo de Grand Slam, siete años después de haberlo logrado por primera vez.

“Si me lo decías hace siete años, no te creía. Lo veía muy lejos. Que siete años más tarde esté en cuartos es increíble”, comentó Chela tras derrotar al colombiano Alejandro Falla y situarse en la ronda de los últimos ocho del Abierto de Francia. Chela, de 31 años y 34º del ranking mundial, fue cuarto finalista de Roland Garros en 2004, el año en el que tres argentinos llegaron a semifinales y Gastón Gaudio ganó la final ante Guillermo Coria.

El argentino celebró el triunfo tumbándose sobre el polvo de ladrillo del estadio Suzanne Lenglen, en éxtasis, con los brazos abiertos y cerrando los ojos durante varios segundos. “Me salió así en el momento, no pensé en nada, pero fue una sensación increíble”, añadió tras las tres horas y 55 minutos de batalla resuelta en un 4-6, 6-2, 1-6, 7-6 (7-5), 6-2. Chela buscará las semifinales cuando se enfrente al ganador del choque entre el británico Andy Murray y el serbio Viktor Troicki, que suspendieron por falta de luz justo cuando el escocés había igualado el marcador en dos sets por lado (6-4, 6-4, 3-6, 2-6)

Para completar su alegría, Chela desde el lunes será el nuevo número uno del tenis argentino, algo que no esperaba. “Es increíble, no estaba pensando mucho en el ranking”, aseguró el argentino, que se siente integrante seguro del equipo de Copa Davis que del 6 al 8 de julio recibirá a Kazajistán por los cuartos de final. “Tito (el capitán argentino, Modesto Vázquez) me dijo el otro día que estaba casi en el equipo. Ahora creo que debo estar dentro”, señaló sonriente.

Fue Vázquez, precisamente, el responsable del apodo “Torino” para Chela. Era febrero de 2010 y Juan Mónaco, un jugador que le encanta al capitán argentino, acababa de derrotar en tres sets a Chela en los octavos de final de Buenos Aires. “Es difícil competir con un Torino contra un coche nuevo”, le dijo Vázquez a Pablo Fuente, entrenador de Chela. Al jugador le encantó el apodo, y comenzó a jugar con él. Tanto que para la clásica firma para las cámaras tras la victoria estampó el “Torino” en la lente.

Pero no sólo con el apodo juega: ayer lo hizo con Falla, un rival que lo complicó a lo largo de todo el partido, pero que flaqueó en el momento clave. “El sintió la presión de ganar cuando estaba break arriba en el cuarto set. Ahí cometió errores que no venía haciendo”, admitió Chela, que luchó sin entregarse y dominó con una derecha que a veces parece un látigo.

Mañana, cuando Chela busque llegar por primera vez a las semifinales de un Grand Slam, Vázquez lo estará observando por televisión desde Buenos Aires, quizás asombrado de que un Torino, espécimen eminentemente argentino, luzca tan bien en París.

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