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La vuelta de Giovanni Moreno al fútbol luego de la rotura de ligamentos que sufrió en el comienzo del torneo pasado fue lo más destacado del empate sin goles entre Racing y All Boys en Floresta. Con poco juego y aun menos argumentos, el elenco de Avellaneda perdió la oportunidad de alzarse como líder solitario del Apertura hasta que esta tarde juegue Rafaela.
Desdibujado y sin rumbo. Así comenzó un partido que, más allá de los intentos por hacerlo atractivo por parte de los intérpretes, cayó en una persistente monotonía. Sólo las individualidades mostraron algún destello de fútbol preciso, pero fue apenas un oasis. El local se arropó en las acciones que creó Pérez García, pero siempre se topó con su impericia para generar peligro. Por su parte, el visitante, sin juego colectivo, creció únicamente a partir del vértigo intermitente de Hauche y pocas pinceladas de Lucas Castro.
El equipo que conduce Diego Simeone extrañó más de la cuenta al colombiano Teófilo Gutiérrez, ya que a su ataque le faltó algo de picardía y fundamentalmente la mente fría para definir con solvencia.
Tan pobre fue lo que insinuaron que las dos chances más claras de la etapa inicial llegaron por errores rivales: en el cuarto de hora del encuentro, Cambiasso despejó con una pifia que le dejó la pelota a Hauche, quien encontró libre a Castro para que el ex Gimnasia rematara desviado. Para que los de Floresta arriben al arco de Saja hubo que esperar hasta los 42 minutos, cuando tras una salida corta, Fernando Sánchez tomó el balón de aire y a distancia impactó para que el ex arquero de San Lorenzo se luciera. Allí se resumió la primera parte.
El complemento solamente elevó su carácter emotivo. El fútbol se desvanecía antes de llegar al área y las opciones más importantes fueron disparos de media distancia que no llevaban peligro a los arcos. Eso fue constante, pero la realidad del partido se transformó con el ingreso de Moreno.
La posibilidad de recalar en el banco de suplentes fue una versión que aumentó su fuerza a medida que pasaba la semana, y se materializó ayer para jugar la última media hora. El colombiano volvía al mismo campo que lo despidió lesionado en la primera fecha del Clausura, cuando en un encontronazo con Barrientos se rompió los ligamentos. Allí retornaba y pese a no mostrar su calidad, se destacó por salvar el cero en el arco de Racing cuando parecía ya vencido: a falta de 15 minutos, y cuando ya había sido expulsado Matías Martínez, Perea apareció detrás de todos para conectar la pelota y cuando iba irremediablemente a la red, Moreno despejó en la línea. Nada más ocurrió. El cero fue un número que calificó la actuación de los dos.
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