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Deportes|Domingo, 2 de octubre de 2011
LA ESTRATEGIA DEL PRESIDENTE DE LA AFA PARA VOLVER A SER ELEGIDO

Don Julio juega al ajedrez

A pesar de la presentación de Colón de San Lorenzo para suspender las elecciones de la AFA, Grondona ya desbarató los intentos opositores internos, incluso apartando a gente de su confianza. El vice de la FIFA cuenta con 43 avales de 49 asambleístas.

Por Gustavo Veiga
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Julio Grondona quiere ser presidente de la AFA hasta los 84 años.

La desmesura parece dominar la lucha por el manejo del fútbol y sus derivados. Resulta que ahora, a Julio Grondona lo votará una asamblea soberana y democrática, el humilde club Colón de San Lorenzo es el ariete de una conjura golpista y cualquier intento de modificar el paternalismo con que se gobierna la AFA desde hace 32 años semeja la conspiración de un puñado de traidores. De esa nómina de excesos, el mayor lo cometió el Consejo Federal que preside el propio Grondona. Este órgano interno de la asociación definió al amparo judicial que suspende las elecciones del 18 de octubre como “un auténtico golpe de Estado”, ya que se pretende “ingresar a la conducción del fútbol argentino siguiendo procedimientos más vinculados a oscuras épocas pasadas de nuestro país que al sometimiento de las normas democráticas que nos conducen”. El enunciado provoca vergüenza ajena por la falta de respeto que tiene con la historia.

Grondona pergeñó una estrategia destinada a neutralizar a sus adversarios de adentro y de afuera, aun con los problemas de salud que sobrelleva. Se recupera de una intervención en la que le extrajeron pólipos de los intestinos. Antes de someterse a ella, la AFA les solicitó a los clubes del Ascenso que nombraran a sus representantes en la asamblea que reelegirá al viejo dirigente por octava vez consecutiva. Pero en rigor sucedió otra cosa. Fue el propio presidente el que definió quién lo votaría y quién no, quién colocará su apellido en un papelito y quién se quedará con las ganas. Desconfiado hasta de sus incondicionales de ayer, lo bajó a Noray Nakis como asambleísta, el presidente de Armenio. “La lista la armó él...”, le confió a Página/12 un diputado porteño muy futbolero que acompañó la frustrada postulación de Fernando Raffaini, el máximo dirigente de Vélez. El dato lo corroboró otro presidente de un club que también quedó desplazado. En ambos casos se pidió reserva de la fuente.

Abogado, empleado de la Procuración del Tesoro hace unos veinte años, Raffaini integró la lista de Martín Sabbatella como candidato a legislador porteño en la última elección. En la campaña para cambiar el orden imperante en la AFA desde 1979, su postulación seducía como contracara de la imagen que transmite el empresario mediático y presidente de Independiente Rivadavia de Mendoza, Daniel Vila. Un hombre de perfil alto y con poco consenso entre sus pares.

Llegado el momento de presentar los siete avales necesarios, Raffaini perdió fuerza. Sólo le dieron su apoyo hasta el final los presidentes de Newell’s y All Boys, Fernando Lorente y Roberto Bugallo. El primero porque no le perdona a Grondona el respaldo que le brindó a Eduardo López, el ex directivo que gobernó con mano dura y sobredosis de corrupción el club rosarino antes de su gestión y el segundo porque mantendría diferencias por el reparto del dinero que genera el Programa Fútbol para Todos.

Julio Comparada, de Independiente, y Armando Pérez, de Belgrano, veían con cierta simpatía la postulación de Raffaini, pero defeccionaron. Al punto de que terminaron avalando la candidatura de Grondona. Ni siquiera hubo tiempo para seducir a Rodrigo Molinos, el presidente de Tigre, un hombre del intendente Sergio Massa con el que pensaban contar los adversarios del Gran Jefe. Así como este grupo iba adelgazando su convocatoria, los incondicionales de Don Julio engordaban la lista de adhesiones.

La AFA dio oficialmente la nómina de clubes que avalan su reelección: Argentinos, Arsenal, Rafaela, Banfield, Belgrano, Boca (“en este caso efectuada verbalmente”, comunicó la asociación), Colón, Estudiantes, Godoy Cruz, Independiente, Lanús, Olimpo, Racing, San Lorenzo, San Martín de San Juan, Tigre y Unión; más los representantes de la Primera B Nacional, la Primera B, C y D, además de los siete por el Consejo Federal. También robusteció la vocación reeleccionista de Grondona la noticia de que 43 de los 49 asambleístas en condiciones de votar le ratificaran la confianza por anticipado. De un día para el otro casi duplicó sus avales. El hecho desconcertó a Raffaini, quien pese a todo dejó latente su candidatura hasta que se resuelva el amparo que la AFA apeló ante la Cámara Civil de Rosario.

Vencida la resistencia interna, resta definirse ahora qué pasará con la medida cautelar que presentó el ignoto Colón santafesino, un club que resultó funcional a la estrategia de Vila para suspender la elección. Al revés, el Colón más popular de esa provincia tiene en Germán Lerche a uno de los incondicionales del presidente. Que la institución de San Lorenzo sea desconocida para la mayoría de los futboleros, no habilita a la AFA a compararla con prácticas de la última dictadura. Veamos lo que dijo su presidente, Gustavo Nonis: “Nosotros presentamos básicamente la federalización del fútbol. En junio presenciamos una disertación de Daniel Vila y Oscar Ruggeri, quienes hablaron sobre el tema y estamos convencidos de lo que dicen. Además, vimos la situación que se vive en el interior, donde cada vez tenemos menos recursos económicos. Acá en San Lorenzo ya hay cinco clubes de-safiliados por no presentar categorías menores”.

La institución del amparo fue fundada en 1947, ganó varios títulos regionales y transfirió de manera directa a Europa a su jugador más célebre: Néstor Combin al Lyon francés. Es el mismo al que unos años después Ramón Aguirre Suárez le desfiguró la cara de un codazo en la final intercontinental que el Milan le ganó a Estudiantes en la Bombonera en 1969. Colón tiene los mismos colores de Chacarita porque su primer juego de camisetas era blanco, rojo y negro. Se lo había donado la Fundación Eva Perón. En su trayectoria de 64 años que para el Consejo Federal es “en absoluto desconocida”, estuvo 21 temporadas inactivo por una quiebra, entre 1985 y 2006. Recién volvió a competir en la liga de San Lorenzo en 2007, cuando la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA) le donó un predio para abrir su cancha y lo apoyaron las fuerzas vivas de la ciudad.

Con su presentación ante la jueza Gladys López, el club se expuso a una grave sanción, según lo determina el artículo 28 del Reglamento del Consejo Federal, que dice: “Abstenerse Ligas y Clubes de protestar públicamente o provocar la intervención de autoridades administrativas extrañas a la AFA, en los diferendos que se les susciten con el Consejo Federal y demás autoridades de la Asociación, so pena de ser sancionados inclusive con desafiliación o expulsión, según la gravedad”.

Vila festeja mientras tanto la suspensión momentánea de las elecciones (en su Twitter escribió “día histórico”), la AFA continúa como si nada con sus preparativos para la asamblea del 18 y Grondona podría seguir hasta los 84 años como presidente. Si cumple su mandato, habrá superado con creces a su amigo, el brasileño Joao Havelange, quien llegó hasta los 82 al frente de la FIFA.

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