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Deportes|Domingo, 2 de octubre de 2011
RIVER VOLVIO A JUGAR MAL Y EMPATO 0-0 CON FERRO EN SAN LORENZO

Sigue arriba, pero no convence

Por más que puso tres delanteros, el equipo de Almeyda no pudo romper el cerrojo defensivo de su rival y terminó con un pobre empate sin goles. Pero como sus rivales no ganan, todavía sigue líder a pesar de haber ganado uno de los últimos cinco partidos.

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Ocampos, que perdió una de las pocas chances de River, intenta ante Oreja.

Pese a que poco antes los rivales directos le habían allanado el camino para sacar más ventaja en la cima, River se volvió a encontrar con los mismos problemas en su juego y sólo empató 0-0 frente Ferro. El equipo de Caballito planteó un esquema sólido con el que le cerró los caminos del gol al rival y se llevó un punto que lo conforma más.

El trámite del encuentro poco se asemejó a lo que sucedió hace once años cuando ambos equipos se enfrentaron por última vez en Primera. En aquel Clausura de 2000, el elenco de Américo Gallego goleó 3-0, y no sólo daba la vuelta olímpica, sino que además decretaba el descenso del rival. El doblete de Angel y el restante de Aimar no aparecieron ayer en el Nuevo Gasómetro. Sin embargo, el técnico Matías Almeyda quiso repetir el potencial ofensivo de ese plantel y colocó por primera vez en el campo de juego a un tridente en ataque. Pero el bloque compuesto por Alejandro Domínguez, Cavenaghi y Funes Mori no encontró la manera de destrabar el cerrojo defensivo que le propuso un Ferro compacto.

Con poca fluidez y un lento circuito futbolístico, el conjunto de Núñez fue perdiendo el manejo de la pelota. Así, el local, si bien mostró sus habituales limitaciones para generar juego, tuvo la más clara al inicio del complemento: Pereyra Díaz, tras una falla en la defensa, quedó libre frente a Chichizola. Y el arquero se lució enviando la pelota al córner.

River respondió con la salida por las bandas, una virtud que por el bloqueo rival no supo utilizar en la etapa inicial. A los 60 minutos, Carlos Sánchez desbordó y envió un centro que le quedó a Ocampos, pero el juvenil pifió y el balón se fue desviado. El escaso contacto con la pelota que tuvo el tridente motivó a Almeyda a buscar respuestas en el banco de suplentes. Pero no hubo caso para destrabar el 0-0. Un resultado que no le permitió a River aprovechar el traspié de sus rivales directos y por eso, si bien sigue en lo más alto, le volvieron a surgir las dudas que parecían despejadas.

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