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Deportes|Domingo, 27 de noviembre de 2011
PEÑAROL SE IMPUSO 78-75 A LIBERTAD Y SE QUEDO CON EL SUPER OCHO

Un sueño hecho pura realidad

El equipo marplatense completó de manera inolvidable el gustazo de tener por el torneo a Andrés Nocioni remontando un partido que tenía perdido. Campazzo, con un notable último cuarto, fue el líder de una remontada inolvidable.

Por Ariel Greco
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Ronald, pivote de Peñarol, cuida la pelota ante la presión de los rivales.

Desde Mar del Plata

No debe haber hincha de Peñarol que se olvide jamás de la última imagen de Andrés Nocioni con su camiseta: con una tapa memorable sentenció el triunfo 78-75 sobre Libertad, que se basó en el corazón del equipo y la consagratoria actuación de Facundo Campa-zzo, el más valioso del partido. Los santafesinos se imponían por nueve puntos a falta de menos de cinco minutos.

Peñarol arrancó con mucha intensidad, con ganas de sacar una diferencia rápida para tratar de cuidar sus desgastadas piernas. Incluso, pareció que lo podía conseguir cuando se colocó 7-2 con un goleo repartido. Sin embargo, Libertad no se amilanó y muy pronto recortó la diferencia para emparejar el juego, gracias a un muy buen pasaje de Marcos Saglietti. Nocioni, que lucía muy cansado, no estaba en su mejor noche y Peñarol lo sentía. Sus cuatro pérdidas en el primer parcial dejaban en claro que la falta de competencia le empezaba a pagar factura por tres partidos en cuatro días. Entonces, cuando Libertad apostó a los tiros lejanos con una efectividad envidiable (4-4 triples en un ratito), consiguió una ventaja interesante de nueve puntos para ese pasaje del partido (26-17).

Claro que a un equipo con tanta mentalidad ganadora y jugadores de enorme personalidad como Leo Gutiérrez no se lo puede subestimar. Con su capitán como líder y con un buen reingreso de su base Facundo Campazzo, Peñarol comenzó a limar la ventaja. Libertad, que había metido cinco triples en el primer cuarto, se olvidó de ese recurso y no anotó por esa vía, ya que falló su único intento. Por eso, el desarrollo fue cambiando de manos, aunque los santafesinos siempre se las ingeniaban para mantener la delantera, hasta que Gutiérrez, con menos de tres segundos por jugar, clavó un triple que dejó el juego 39-37 para Peñarol de cara al descanso. Con un juego de equipo más amalgamado, Libertad volvió a comandar las acciones en el tercer cuarto hasta sacar cinco puntos. Por el contrario, Peñarol era puro esfuerzo, arrestos individuales y corazón para disimular el mejor juego del rival. Y con el único triple de Nocioni logró recuperar la ventaja para luego tomar una pequeña luz de cuatro puntos en el arranque del último cuarto. Un feroz parcial 13-0 de Libertad puso suspenso al festejo, pero de la mano de Campazzo, Peñarol volvió al partido y logró un festejo completo, con Nocioni en sus filas. Como para no olvidarlo nunca.

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