Con una formación poco habitual, el equipo de Núñez cumplió con el trámite formal y ahora espera al Corinthians en los octavos.
Por Adrián De Benedictis
Gastón Fernández celebra el primer gol de River.
A pesar de jugar con una formación no habitual, River venció 2-0 a Emelec de Ecuador, y terminó su participación en el Grupo 1 de la Copa Libertadores, para cuyos octavos de final ya se había clasificado. La quimera de una goleada no se corporizó, y el equipo argentino ahora recibirá al Corinthians de San Pablo.
Con la clasificación para la segunda ronda asegurada, Manuel Pellegrini decidió utilizar el encuentro para observar a algunos jugadores que habitualmente no juegan desde el inicio. Pero la pasividad de los futbolistas de River durante la primera etapa hizo que el entrenador no pudiera concretar muchas evaluaciones.
La sensación era que los jugadores estaban convencidos de que no podían golear a los visitantes, para de esa manera estar en condiciones de poder alcanzar el primer puesto en el Grupo 1, sujeto a la necesidad de que Libertad derrotara al Deportivo Cali.
El único que respondió positivamente al ensayo fue el arquero Franco Costanzo, que volvía a jugar oficialmente desde septiembre de 2001. El juvenil arquero le sacó primero un remate a Rojas, que casi lo supera luego de que la pelota rebotara en Barrado. Más tarde estuvo atento ante un remate de Jaime Caicedo y, en el final, volvió a destacarse cuando le ganó un mano a mano a Rojas.
Hasta ese momento, River solamente se había acercado al arco de Viteri con un disparo de Astrada desde lejos, y un tiro libre de Fuertes que encontró bien parado al arquero. Pero cuando la primera mitad del partido se evaporaba, otro chico surgido de las inferiores del club, Gastón Fernández, resolvió con convicción ante la salida del arquero ecuatoriano para marcar el primer gol de la noche. El juvenil definió de derecha, abajo, luego de una gran habilitación de Barrado.
Salió con un poco más de decisión a jugar el complemento, tomando rápidamente la iniciativa. En esos primeros minutos, construyó dos jugadas claras para aumentar el resultado. No había transcurrido un minuto cuando Lequi cabeceó al lado del palo, y pocos segundos después, Fuertes remató cruzado, y la pelota salió rozando el palo derecho. Con el sorpresivo ingreso de D’Alessandro, River se transformó en el dueño absoluto del partido. Una combinación del volante con Astrada, que lo habilitó a espaldas de la defensa rival, terminó en el segundo tanto de River, al definir sobre la salida del arquero visitante. Pero hacía rato que el encuentro se había terminado.
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