Página/12 :: Deportes :: Miguel, en su calle

Miguel Sánchez desde ayer es una calle, la calle que de Avenida del Libertador lleva hacía el río, por donde se toma para ir al Cenard, el lugar donde también se homenajea a otros deportistas desaparecidos: la jugadora de hockey Adriana Acosta y el tenista Daniel Schapira. La causa del atleta emblema es la causa de la memoria, verdad y justicia por la que seguimos corriendo contra el tiempo. El tiempo que se agota por los genocidas que mueren sin condena, el tiempo que nos resta para conocer el relato de la vida de sus víctimas, el tiempo que falta para encontrar a los nietos que aún se buscan, el tiempo que pasa y va fijando estas historias en la conciencia de los más jóvenes, que nacieron en democracia. Tenemos una carrera, varias carreras, ahora una calle, pregoneros de los derechos humanos gracias al deporte, deportistas que ahora saben cómo otros deportistas militaban, se comprometían y se veían obligados a abandonar su disciplina por un ideal, aun a riesgo de perder su vida. Es como si tuviéramos a muchos Migueles corriendo a la par, bajo una misma bandera, no importa si en Roma, en Buenos Aires o en su Tucumán natal.

Si la prueba atlética que exalta los valores de una generación diezmada no se organiza con la misma convicción con que se corta la ciudad para una carrera de autos o un festival de rock, también corremos contra el gobierno que pinta todo de amarillo, corremos contra esa burocracia que se siente incómoda con Miguel y su historia, que la percibe ajena y lejana.

Delia Bisutti, la diputada porteña que tomó la iniciativa para poner el nombre de Miguel a una calle, dijo que una ley terminaría con la incertidumbre sobre el futuro de la carrera, manoseada y poco difundida por la administración macrista. Debería ser así para no tomar ningún riesgo. Para que correr un 24 de marzo signifique –y no otra cosa– que Miguel Sánchez está presente y que corremos por él y los 30 mil de-saparecidos. Un gobernante con-

servador, más afecto al esquí alpino y a construir un driving de golf en el Parque Sarmiento, no puede decirnos si corremos o no corremos. No es ésta una carrera de TC 2000.

LA AVENIDA DEL CENARD

Miguel, en su calle