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Deportes|Sábado, 30 de junio de 2012
EL INSOLITO DESAFIO QUE PLANTEO MATIAS ALMEYDA A LOS HINCHAS

“Mi paciencia tiene un límite”

Cansado de las críticas por prescindir de Cavenaghi y Domínguez, el DT de River alentó a un “banderazo” en su contra, ya que todavía no renovó su contrato. “Están a tiempo”, aseguró. Además confesó que le dijo al Chori de seguir, pero el delantero no aceptó.

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Menos de una semana le duró la alegría a Almeyda. Ahora está en pleno conflicto.

River concretó su regreso a Primera División hace una semana y ya tiene su primer conflicto interno en la máxima categoría. El director técnico Matías Almeyda se mostró ayer “podrido con la telenovela” relacionada con la salida de los referentes Fernando Cavenaghi y Alejandro Domínguez y desafió que “los hinchas están a tiempo de un banderazo” para forzar su alejamiento, porque aún no firmó su nuevo contrato. El entrenador, de 38 años, en declaraciones a Radio 9, señaló que su paciencia “llegó a un límite” en referencia a las opiniones de simpatizantes riverplatenses, quienes hoy realizarían un “banderazo” en el club, disconformes por el trato para con los delanteros.

“Me he dejado presionar, me he dejado basurear, pero mi paciencia tiene un límite, y si tienen problemas por todo esto, todavía están a tiempo”, desafió. A su vez, el entrenador contó que llamó a Domínguez para analizar su continuidad en la institución de Núñez: “Le ofrecí volver y me dijo que no”. Y sobre Cavenaghi declaró que no pudo hablar con él “porque cambió su número de teléfono y está enojado”.

Las palabras de Almeyda se produjeron como respuesta a la iniciativa de un grupo de hinchas de River, a través de las redes sociales, para realizar hoy –desde las 17– un acto simbólico, solicitando la renovación de los contratos de Cavenaghi y Domínguez.

El ex volante central había indicado el miércoles último que tenía en mente “un equipo más rápido” para jugar en Primera División y por tal motivo decidió prescindir de ambos delanteros. A su vez aclaró que en su determinación no influyó el presidente de la institución, Daniel Passarella, quien no tiene una buena relación con el representante de ambos futbolistas, Néstor Sívori.

Una vez conocida la decisión de Almeyda, Sívori (hijo del legendario jugador riverplatense) aseguró que no lo sorprendió “este final”, porque sus representados “sabían que podía suceder” ante el poco interés de dirigentes y director técnico para extender sus vínculos. Para Sívori, las declaraciones de Almeyda significaron “una ingratitud enorme” hacia los jugadores y cuestionó sus “valores miserables”.

La idea de un equipo más rápido y agresivo comenzó a tomar forma en la estrategia de Almeyda luego de la llegada del delantero David Trezeguet, quien a fuerza de goles y voz de mando, en especial sobre los más jóvenes, se hizo un lugar en el equipo titular. Passarella había dado como descontada, durante el verano, la continuidad de los atacantes luego del 30 de junio. “Estaríamos locos si no les renovamos. En todo momento di como un hecho la continuidad de los dos”, declaró entonces.

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