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No hubo espacio para la sorpresa. Tras un gran primer tiempo de Argentina, en el que quedó apenas un punto por debajo en el marcador, los NBA de Estados Unidos sacaron a relucir toda su potencia física y su calidad técnica para arrollar al conjunto de Julio Lamas en la segunda mitad y quedarse con la victoria 126-97 y adjudicarse el Grupo A. Con esta derrota, Argentina se medirá mañana a las 16 con Brasil, que venció a España en un partido polémico y se quedó con la segunda posición en la zona B. Los otros cruces serán Estados Unidos-Australia, Francia-España y Rusia-Lituania.
El 60-59 con el que se cerró la primera mitad dejó una sensación muy positiva, ya que Argentina se le pudo plantar de igual a igual al gran cuco del campeonato. Sin embargo, con un goleo tan alto, con enormes porcentajes de efectividad, se tornaba difícil llegar a un final cerrado, con chances de victoria. “Con 60 puntos en un tiempo y una proyección de 120 era muy difícil ganar. No los pudimos contener en la defensa y por eso nos sacaron tanta diferencia”, explicó el capitán Luis Scola, que no se quedó con aquel pasaje brillante, sino que se fijó en el análisis global del juego. “Hicimos un primer tiempo impecable, pero nos terminaron desgastando. Nos encontraron la mano en la ofensiva y después se lucieron”, agregó Emanuel Ginóbili. La clave del partido se dio en el tercer cuarto, cuando los estadounidenses se impusieron 42-17 y liquidaron el encuentro.
Aquellos primeros 20 minutos marcaron un notable rendimiento ofensivo de Argentina. Con la eficaz conducción de Facundo Campazzo, otra vez titular por el cólico renal que afecta a Pablo Prigioni, el equipo de Lamas tuvo varias vías de gol, ya sea con las penetraciones de Ginóbili, los tiros cortos de Scola o los lanzamientos abiertos de Andrés Nocioni o Carlos Delfino. De esa manera, pudo disimular los inconvenientes para contener a los estadounidenses, que también se mostraban muy efectivos desde la larga distancia, sobre todo a través de Kevin Durant y Chris Paul.
Teniendo en cuenta que el partido resolvía poco más allá del futuro rival, Lamas decidió rotar más rápido que lo habitual. Por eso ingresaron pronto Leo Gutiérrez, Federico Kammerichs y Juan Gutiérrez, que disimularon bien las ausencias de los titulares. Por eso, Argentina se mantenía en juego y, con dos triples del ala pivot de Peñarol, llegó a pasar de manera fugaz al frente. Lo curioso es que Argentino no podía imponer el ritmo que quería. Por eso, el partido era más parejo de lo que se podía suponer, pero el desarrollo favorecía las intenciones de los estadounidenses.
Distinta fue la historia en la segunda mitad. De arranque, LeBron James estampó ocho puntos seguidos para que Estados Unidos tomara aire en el marcador por primera vez en la noche. Y de inmediato se prendió Durant con una ráfaga de triples, para que la diferencia superara los 20 puntos en un ratito. El alero de Oklahoma resultó la gran figura de la cancha, con 28 puntos y 8-10 triples. “Es el mejor jugador ofensivo del mundo y sabemos que cuando se inspira es casi imposible de defender”, remarcó Ginóbili, que esta temporada ya lo sufrió con San Antonio. A esa altura, el duelo era muy picante, con muchos roces y algunas jugadas en el límite del reglamento. Con buen criterio, Lamas otra vez mandó a la cancha a los habituales suplentes, para que los titulares llegaran más frescos al duelo de mañana ante Brasil, cuando se defina qué equipo luchará por las medallas y cuál se volverá a casa con gusto a poco.
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