Imprimir|Regresar a la nota
La pelea del año está a punto de comenzar y es mucho más que eso. En verdad, Sergio “Maravilla” Martínez y Julio César Chávez Jr. le darán forma hoy al combate que mayor expectativa popular ha despertado en la Argentina en los últimos 20 años. A tal extremo que pasada la medianoche y cuando ambos boxeadores suban al cuadrilátero del Thomas & Mack Center de Las Vegas, como en los viejos tiempos en los que las peleas de Locche, Monzón o Galíndez detenían el pulso del país, millones de argentinos estarán pendientes de las imágenes que llegarán desde la capital del estado de Nevada a través de Canal 7 y TyC Sports.
Que el talentoso boxeador nacido en Quilmes hace 37 años y el áspero guerrero mexicano de 26 se enfrenten a 12 rounds por la unificación del título de los medianos del Consejo Mundial (Chávez es el campeón regular, Martínez el de diamante) es casi un detalle menor. Lo que esta noche se pondrá en juego es una rivalidad personal que nació cuando el CMB despojó a Martínez de la corona que en 2010 le había ganado limpiamente sobre el ring al estadounidense Kelly Pavlik para que Chávez (hijo del más grande boxeador azteca de todos los tiempos) pudiera enfrentar por ese título al alemán Sebastián Zbik.
A partir de la consagración de Chávez como campeón regular, Martínez buscó enfrentarlo de todos modos y no reparó en formular las declaraciones más duras e insolentes para desafiarlo. Ni siquiera quedó conforme con sus claras victorias ante el ucraniano Serhiy Dzinziruk y los ingleses Darren Barker y Matthew Macklin en defensa de un campeonato de diamantes creado como premio consuelo para contenerlo. Maravilla sólo quería tenerlo enfrente a Chávez para ajustar cuentas. Y ese día ha llegado.
En las apuestas de los casinos de Las Vegas y también en las evaluaciones de la cátedra internacional, Martínez es el favorito. Más allá de su edad y de ser un mediano chico, su talento, su inteligencia para de-sarrollar sus planes de pelea y cambiarlos sobre la marcha, su velocidad física y mental y la justeza de su pegada que, sin ser la de un noqueador, le ha dado 28 victorias antes del límite sobre 49 logradas, lo ponen un paso por delante de la frescura de Chávez, once años más joven, pero con menos rodaje en el primer nivel del boxeo mundial, más allá de su record invicto de 46 victorias (32 por fuera de combate) y un empate.
Para decirlo más claramente: Maravilla ha peleado con varios boxeadores como Chávez. Chávez, en cambio, jamás tuvo delante de sí un adversario tan exigente como el quilmeño. Se supone que el mexicano saldrá a meter presión desde la campanada inicial tratando de hacer valer su físico más corpulento y de obligarlo a Martínez a cambiar golpe por golpe. La pregunta es qué pasará con él si no puede prevalecer en los cruces y Maravilla impone su rapidez de piernas y brazos para pegar y salir.
Martínez, a su vez, tiene variantes como para hacer lo que quiera. Puede moverse y esperar a Chávez para contragolpearlo. Y puede sorprenderlo plantándosele a pelear cara a cara. Físicamente, está en condiciones de hacerlo. Habrá que ver si, desde lo estratégico, le conviene dejarse llevar por la sangre caliente del peleador. O si se mantiene como el boxeador cerebral y efectivo que ha sido hasta aquí.
El árbitro será el estadounidense Tony Weeks. Y habrá dos jurados de esa nacionalidad: Adelaide Byrd y Dave Moretti. El sudafricano Stanley Christodoulou (viejo amigo del boxeo argentino) completará un trío que no ofrece demasiadas garantías de ecuanimidad si la pelea completa los 12 rounds de distancia y hay que ir a las tarjetas.
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar|República Argentina|Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.