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Deportes|Domingo, 1 de junio de 2003

Pobre debut del Independiente de Ruggeri en Rosario

Con una ráfaga efectiva a comienzos del complemento, Central le ganó bien a un pobre Rojo. Sánchez y Figueroa, los goles.

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El Petaco Carbonari supera al joven Rivas y sale jugando.
Central le dio un gran disgusto a Independiente la noche en que Oscar Ruggeri hizo su presentación como entrenador de los rojos. Tras un primer tiempo intrascendente, los rosarinos sacaron la ventaja decisiva en el comienzo de la segunda parte, cuando convirtieron Pablo Sánchez y Luciano Figueroa antes de los diez minutos. Con este triunfo Central se afirmó en el cuarto puesto en el Clausura, se consolidó como aspirante a ingresar en la próxima Copa Sudamericana y tomó una distancia prudencial de la temible Promoción. La campaña de Independiente sigue decepcionante.
El primer tiempo, jugado con excesiva cautela por ambos equipos, tuvo una sola jugada de real peligro, a los 14 minutos, cuando remató Lucas Pusineri y la pelota pegó en el travesaño. Además de esa oportunidad de conquista para Independiente, lo único que generó expectativa fue el debut de Oscar Ruggeri, quien tuvo una mejor recepción por parte de la parcialidad local que de la propia.
En ese primer período arrancó mejor Central porque se afirmaron Quinteros y Vitamina en el medio y se asociaron por derecha Messera y Ferrari; pero abusaron de los centros y se lució el seguro Franco. Del otro lado de la cancha, Daniel Díaz se bastaba para controlar su sector y proyectarse. Era el mejor.
Después el local se quedó e Independiente empezó a recuperarse porque Guiñazú, ubicado como volante central, distribuyó la pelota con criterio. Pero más arriba, nada: ni Insúa ni Montenegro aparecieron. Sólo algo de Rivas y nada más.
La segunda parte arrancó con dos goles seguidos: se durmió el sector central de la zaga roja y Messera habilitó a Vitamina que definió solo; y enseguida, gran jugada entre Delgado y Figueroa, centro y definición de cabeza del rubio: 2-0 y se acabó el partido aunque faltaba más de media hora. Con esa ráfaga de fútbol, Central se aseguró la victoria ante un Independiente que acaba de cambiar de entrenador, y todavía transmite una imagen de equipo disperso e impotente.
Los cambios propuestos por Ruggeri –Eluchans por Montenegro y Cuba por Ríos– no le dieron profundidad al visitante. Una vez más, se destacó Gabriel Milito empujando a su equipo hacia adelante y buscando en el área rival. Pero a Independiente le falta mucho trabajo. Tanto como puntos.

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