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Deportes|Sábado, 1 de junio de 2013
RACING PERDIO ANTE QUILMES Y COMPLICO EL FUTURO DE INDEPENDIENTE

La Academia de los disimulos

El equipo de Zubeldía no le ofreció resistencia al de De Felippe y así le facilitó el triunfo, clave en la batalla de los que luchan por mantener la categoría. Los de Avellaneda patearon dos veces al arco. Después del 1-0, el Cervecero aflojó.

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Cauteruccio festeja el gol del triunfo, a los ocho minutos de la primera parte.

Incapacidad propia o desgano premeditado, Racing perdió 1-0 frente a Quilmes, en un partido chato y cuyo desarrollo, lejos de espantar las sospechas previas, las alimentó. El resultado, que complica a Independiente en su lucha por no descender, fue festejado por las hinchadas de ambos equipos.

Se habló toda la semana de las facilidades que los hinchas de Racing pretendían de sus jugadores para que Quilmes se llevara los tres puntos del partido que abrió la 16a fecha. Disimulo o habituales dificultades, la resistencia de Racing duró apenas ocho minutos. Falló Elizari pese al desgano de los defensores visitantes, que parecían preguntarse si el gol lo tenían también que hacer ellos, y no se terminaba de analizar del todo la flojera de la jugada cuando otra vez Elizari, sin oposición en la tenencia, habilitó a Cauteruccio para que éste, ante tres fatigosos defensores rivales, sacara el derechazo que Saja vio pasar junto a su mano derecha hasta que se metió adentro para el 1-0.

En desventaja, Racing se limitó a hacer circular la pelota sin generar verdadero peligro, y en algunos pasajes incluso la rifó. Los hinchas, en sintonía, vivían su propia fiesta en las tribunas, con trompetas y bombos. Racing, que apenas había mostrado algo de fútbol por el lado de De Paul, y en toda la primera parte apenas había sumado un remate desviado al arco rival, se tomó más o menos hasta los 66 minutos para probar nuevamente suerte frente al arco de Trípodi, con un remate de Cámpora primero y de Zuculini en el rebote, que sorprendió por la intensidad y en el que el arquero respondió para evitar la igualdad. Fue la única clara. Quilmes, por su parte, ya no buscaba el arco contrario, aunque sobre el final Oberman tuvo una clara oportunidad para ampliar, pero su remate fue sin fuerza, mansito, y Saja controló sin demasiado esfuerzo. En el Monumental de Quilmes, el festejo fue absoluto.

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