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Deportes|Sábado, 8 de junio de 2013
tenis Ganaron Nadal y Ferrer, que juegan la final. En el camino quedaron Djokovic y Tsonga

Roland Garros para la legión española

En un partido durísimo, de casi cinco horas, Nadal dejó afuera a su rival y mostró que sus lesiones ya no le molestan. Con un record de triunfos en París comparable al de Vilas y Federer, es ahora el gran favorito.

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Nadal perdía y dio vuelta el partido, que se convirtió en una batalla campal entre jugadores.

En un partido simplemente increíble, que él mismo calificó de “milagro”, el español Rafael Nadal le ganó a Novak Djokovic la semifinal de Roland Garros por 6–4, 3-6, 6-1, 6-7 (3-7) y 9-7. La batalla duró cuatro horas y 37 minutos en el fuerte calor parisino y el ganador dejó la cancha con el rostro cubierto de lágrimas. La final enfrentará a dos españoles, porque ayer David Ferrer llegó a su primera final en un Grand Slam al ganarle al francés JoWilfried Tsonga por 6-1, 7-6 (7-3) y 6-2.

Después de siete meses sin jugar por una doble lesión en la rodilla izquierda, Nadal hizo una campaña fulminante, con seis títulos y dos finales. El jugador es el favorito también para esta final, porque le ganó 19 veces a Ferrer en 23 partidos que jugaron. De hecho, el español más joven sólo perdió una vez en cancha de polvo ante Ferrer y fue cuando era apenas más que un adolescente. “Ganarle a Rafa es muy complicado en todas las superficies, pero sobre todo en tierra. Cuando piensas de más, al final te llevas una buena tunda”, explicó Ferrer.

“Lo que hizo Rafa es inigualable. Lo tenía perdido y lo ganó”, dijo el muy emocionado capitán del equipo español de Copa Davis, Alex Corretja, tras un partido que Nadal tuvo en sus manos con 6-5 y 30-15 en el cuarto set y luego muy lejos cuando perdía 4-2 en el quinto. Una amalgama de familiares y amigos del jugador, tenistas, parientes, entrenadores, agentes y periodistas saturaba la sala de jugadores de Roland Garros. Muchos de ellos seguían conmocionados por lo que acababan de ver, un partido propio de una gran final, no precisamente por su calidad, sino por las emociones y alternativas que incluyó.

Entre ellos se movía el rumano Ion Tiriac, que aseguraba no entender lo que sucedió: “Djokovic tuvo algún tipo de problema físico a partir del primer set. El smash que falló tiene que ver con eso, no pudo despegarse del piso. No entendí realmente la forma en que jugaron tácticamente, pero fue un partido extraordinario”.

Djokovic seguía quejándose de la sequedad de la cancha. “Pedí que la regaran, pero no lo pedí por mi rival, lo pedí por mí, estaba muy seca y resbaladiza.” El torneo no le hizo caso al número uno del mundo, al que poco consuelo le quedaba tras la derrota más dolorosa para él, porque le impide por al menos un año más conquistar Roland Garros, el único grande que le falta.

“No veo normalmente que se riegue la pista en medio de un set. Yo no la sentí resbaladiza”, aseguró Nadal, que le confirmó a Djokovic lo que a tantos otros en su “dictadura” parisina: mientras esté en forma, Roland Garros es su coto cerrado. Con 58 triunfos y una derrota, este español está a una victoria del record de partidos ganados en París, que comparte ahora con el argentino Guillermo Vilas y el suizo Roger Federer.

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