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Deportes|Domingo, 13 de abril de 2014
ENTRETELONES DE LA INTERNA DURA QUE SE VIVE EN INDEPENDIENTE

El pacto para dar las hurras

La historia de cómo se forjó la salida del presidente Javier Cantero en el club de Avellaneda y el desembarco de Hugo Moyano. Dinero para pagar deudas a cambio de elecciones anticipadas y la sombra de Luis Barrionuevo.

Por Gustavo Veiga
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Javier Cantero se encuentra en una situación delicada. El directivo no pudo enderezar los destinos del club.

El futuro político y económico de Independiente se está decidiendo en el gremio de camioneros; el deportivo deberá esperar diez fechas más del campeonato de la B Nacional. Un desenlace favorable del primero no garantiza el ascenso, pero le serviría al plantel para encarar con más aire lo que viene. Al día siguiente del paro nacional que convocó desde la CGT, Hugo Moyano se reunió en la sede de su sindicato con Héctor “Yoyo” Maldonado, su delegado en las negociaciones para adelantar las elecciones del club. Intentaban juntar el dinero que falta para pagarles los sueldos atrasados a los jugadores. Unos 10 millones de pesos en cuotas.

El presidente Javier Cantero, muy debilitado porque el equipo perdió su lugar entre los tres que suben hasta hoy a Primera (Banfield, Defensa y Justicia e Instituto) y una calamitosa situación económica que se volvió inmanejable, tiene escaso margen de maniobra. Sabe que julio es el plazo límite que le fijó el gremialista y su agrupación para irse, pero quiere retirarse con el balance aprobado. Había llegado al gobierno con casi el 60 por ciento de los votos hace poco más de dos años. Y representaba el repudio de los socios a la vieja política y la impunidad de la barra brava.

En el oficialismo ya aceptaron la imposición de Moyano de que los comicios se realicen en julio. Podrían ser el domingo 6, aunque la agrupación Independiente del camionero debería garantizar la votación del balance y los avales necesarios para abonarle al plantel profesional los salarios de febrero a junio: unos 2 millones por mes, más los premios y eventualmente el monto acordado por retornar a Primera.

Ahora bien, algunos personajes que iban a poner la plata –según gente cercana al presidente– hoy dudarían hacerlo. “No deben tener la guita en blanco”, apuestan desde la comisión directiva. El líder de los camioneros dio su versión de los hechos durante la semana que pasó: “No voy a poner un centavo en Independiente mientras Cantero no firme el acuerdo. Este señor se tiene que ir a la mierda. Ya le hizo demasiado daño al club”. Más directo, imposible.

El conflicto político cruzó los límites de Avellaneda. Que Moyano tome las riendas de la institución no sería bien visto por el gobierno nacional. Quienes conocen el pensamiento de Cantero, dicen que la renuncia a fines de marzo del vicepresidente Rubén Vázquez, la tomó como un indicio fuerte de aquel malestar. El ex dirigente, un hombre cercano al diputado nacional Carlos Heller, explicó su salida en una carta porque estuvo “en completo desacuerdo con aceptar solucionar en parte las dificultades financieras del club, negociando bajo la prepotencia de una oferta de poner dinero exigiendo prácticamente de hecho dirigir la institución. Este es mi límite”. A Vázquez todavía no le aceptaron la renuncia. Las diferencias en el oficialismo han sido notorias. Cantero también ha recibido críticas de otros pares que se alejaron de la comisión directiva antes que el vicepresidente.

Pese a que registró las consecuencias políticas de su acuerdo con Moyano que aún no está firmado, el presidente de Independiente siguió adelante. Incluso ante la posibilidad de que otro sindicalista opositor y también hincha de Independiente estuviera detrás del escenario principal: el desprestigiado Luis Barrionuevo, uno de los burócratas que en los años ‘90 aplaudió el desguace del Estado mientras presidía al club Chacarita por esas cuestiones territoriales del fútbol que siempre ambicionan los gremialistas.

Con todo, Barrionuevo no figura entre los aportantes que se mencionan hasta ahora. Sí Juan Carlos Lascurain, el empresario metalúrgico, ex presidente de la UIA y ex candidato a vicepresidente de la lista de Baldomero “Cacho” Alvarez en las últimas elecciones. O Fabio Fernández, el dueño de la cadena de restaurantes Pertutti y miembro de la agrupación Independiente. Además de Maldonado, que preside el mismo sector partidario y, por supuesto, Moyano.

Cantero se ha quejado en la intimidad de que nunca recibió ayuda económica del Fútbol para Todos ni de la propia AFA. Y como no cobra los derechos televisivos desde que ganó las elecciones en diciembre de 2011, recordó que a Julio Comparada, su antecesor, le habían adelantado tres años de aquellos pagos. Lo contó desde la indignación.

El club sobrellevó como pudo sus penurias económicas con ingresos provenientes de las cuotas sociales, los sponsors y otros recursos genuinos. En el oficialismo calculan que el pasivo actual llega a los 392 millones de pesos, aunque otras fuentes estiman que la deuda al cierre del próximo balance podría ascender a los 500 millones de pesos.

“Independiente está agonizando”, dijo Maldonado hace unos días. Presionado por una campaña del equipo en franco declive, Cantero participa hace tiempo –per se o por intermedio de terceros– en reuniones con potenciales prestamistas que ayudarían a sofocar los incendios económico-financieros que se le presentan a diario. La semana pasada también se juntó con todas las agrupaciones internas del club para hallar una salida a la crisis.

De esos encuentros fue surgiendo una síntesis para el adelantamiento de las elecciones. Además de exigirlo como una condición para aportar dinero, el moyanismo pidió tres cargos dentro del Consejo de Fútbol hasta los comicios. La agrupación Independiente informó algunas de estas cuestiones en un comunicado: “Hemos tenido una reunión con el presidente del Club Atlético Independiente, Javier Cantero, cuyo objeto principal fue hacernos presentes en esta difícil situación que se encuentra atravesando nuestro amado club, y acercar soluciones que puedan morigerar el momento actual de la institución, tanto en lo deportivo, institucional, como en lo económico”.

Más adelante, el texto señala que “en dicha reunión en donde hemos llegado a un acuerdo, mediante el cual la agrupación Independiente y socios representativos se comprometen a afrontar las sumas que la institución debe abonar al plantel de fútbol profesional en concepto de sueldos, en los períodos comprendidos entre los meses de febrero a junio de 2014, más los premios por partido ganado y por lograr el ascenso a la Primera División del fútbol argentino”. Por último, aclaran que la propuesta “no lleva aparejado ningún tipo de compromiso devolutivo a futuro”.

Cantero consiguió el respaldo económico necesario para llegar al balance 2013-2014 gracias al acuerdo con un personaje del que renegaba. Lo más liviano que llegó a decir fue: “Es una vergüenza que Moyano se presente como primer candidato de representante de socios y después no viene a ninguna asamblea”. También se reunió en diferentes momentos con políticos identificados con Independiente, como Gabriela Michetti, Federico Pinedo, Néstor Grindetti, todos del PRO, o Victoria Donda, de Unen. Pero hoy parece mucho más solo que cuando ganó las elecciones por paliza contra el propio camionero, Cacho Alvarez, Lascurain y todos de quienes depende ahora para dar las hurras y salir del club antes de tiempo. Una experiencia que venía a cambiar las malas prácticas del fútbol y terminó de la peor manera. Su caso debería analizarse con detenimiento.

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