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Deportes|Domingo, 15 de junio de 2014
CUANTO CUESTA, CUANTO DEJA Y QUIEN PAGA QUE EN LA COPA

Números, números, números...

Brasil 2014 es realmente una desmesura, el Mundial más rentable para la FIFA en su historia, uno de los más caros y uno de los que más les costarán a los turistas, con bifes de 45 dólares en la desatada Río de Janeiro.

Por Eric Nepomuceno
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Los turistas extranjeros se sumarán a los locales en las calles y los estadios de Brasil.

Desde Río de Janeiro

Uno de los temas inevitables en Brasil es cuánto costaron los preparativos para este Mundial disputado en doce ciudades del país. En total, hasta ahora, la cifra admitida es de 25 mil millones de reales, o sea, unos 11 mil millones de dólares, 84 por ciento de recursos públicos, 16 por ciento de dinero privado. Pero ya se menciona que posiblemente el cálculo final alcance los 30 mil millones de reales, unos 14 mil millones de dólares a lo largo de seis años, considerando que las obras empezaron en 2008.

Todo eso para que 32 selecciones disputen un total de 64 partidos en doce ciudades sede, con siete estadios nuevos, especialmente construidos para el torneo, y otros cinco totalmente refaccionados. Se generaron 3.800.000 empleos temporales y el número de extranjeros fue calculado en 600 mil. La audiencia planetaria, vía televisión, llegará a 3200 millones de personas. Para la FIFA es, de lejos, la Copa más lucrativa: la entidad se pone en el bolsillo cuatro mil millones de dólares, casi el doble de lo que se llevó de Sudáfrica hace cuatro años.

Y ya que se trata de mencionar cifras y valores, cabe también registrar que los precios de las cosas alcanzaron alturas insólitas en todas las ciudades donde hay partidos, principalmente en Río de Janeiro. Sin ningún competidor viable a la vista, la ciudad favorita de los extranjeros ya tiene asegurado el puesto de sede más cara del país. Al menos en ese aspecto, supera con creces a San Pablo, consolidando la rivalidad entre las dos mayores ciudades brasileñas.

Algunos ejemplos confirman el título conquistado por anticipación: un bife con fritas puede valer 45 dólares en un restaurante mediano, ni hablar de los lugares considerados caros. Estacionar por dos horas en una cochera del centro cuesta 18 dólares y un platito de pulpo en un viejo bar del elegante barrio de Leblon exige que el cliente esté dispuesto a pagar, sin chistar, 50 dólares. Un turista gasta en promedio 740 dólares por día, considerando la tarifa de hotel, una comida en un restaurante medio, un taxi para acercarse al estadio y, claro, la entrada. Los hoteles cobran hoy exactamente el doble que hace un año. Los argentinos son los que más se quejan, pero no están solos, porque para los europeos los precios cariocas también suenan a algo demencial. La expectativa de las autoridades municipales es que 400 mil extranjeros, más 550 mil brasileños de otras provincias, muevan alrededor de 500 millones de dólares mientras dure la Copa. Con semejantes abusos en los precios, no será sorpresa si la cifra es superada.

También en las canchas se discuten valores. Bueno, dos tipos de valor. Uno, el deportivo. El otro, en el mercado de atletas. Y en éste, España es insuperable. Sumados, sus jugadores valen 916 millones de dólares. El segundo equipo más valioso es Alemania: 828 millones de dólares. Brasil queda con el tercer puesto, valiendo 689 millones. Francia viene en cuarto: vale 607 millones de dólares. Argentina cierra la lista de los cinco equipos más valiosos del Mundial de 2014: 577 millones de dólares. Cuando se trata de lo que ganan los jugadores, hay comparaciones curiosas. Messi, por ejemplo, tiene calculado su valor de mercado en 177 millones de dólares, más de cinco veces el valor de toda la selección de Honduras.

Cuando rueda la pelota, sin embargo, suena más alto el otro valor, el deportivo. Y en este tópico, el estreno español fue desastroso. El equipo más valioso en el mercado fue aplastado por Holanda, que ni siquiera está entre las ocho selecciones más caras de la Copa.

Mucho se habló de una especie de venganza holandesa después de perder la final del Mundial de 2010 con los españoles. Los brasileños –bueno, algunos: los que suelen tener tiempo y paciencia para buscar esa clase de información– aseguran que hay otra razón para que Holanda buscase una revancha sobre España, y más aún en Salvador de Bahía. Es que en el lejano año de 1625, españoles y holandeses se batieron por el control de Salvador, entonces capital de Brasil. A lo largo de casi un año, los piratas de la Compañía Holandesa de las Indias Occidentales se adueñaron de la ciudad. Los holandeses cada tanto invadían alguna parte de Brasil buscando los altos lucros de la explotación del azúcar y el comercio de esclavos. Eramos colonia de Portugal, que a esa altura poco le importaba la tierra nueva, que era blanco de corsarios de distintas banderas que se turnaban saqueando lo que había por estas comarcas.

En aquel 1625 una armada española, comandada por don Fradique de Toledo Osorio, expulsó a los de la Compañía Holandesa de las Indias. Aplastar a España, 389 años después y en la misma ciudad, sería, entonces, la verdadera razón de esa venganza. La verdad es que nadie preguntó eso a Robsen o Sneijder, y lo más probable es que siquiera tengan idea de que en algún momento de la historia Salvador ya se había doblegado a los pies de sus compatriotas.

No se sabe de ninguna razón histórica para que la pacata Costa Rica haya sorprendido y aplastado al favorito Uruguay. Tampoco hay indicios de que los dos colombianos –el referí Wilmer Roldan y su auxiliar Humberto Clavijo– tuviesen algún antecedente histórico para haber robado dos goles de México frente a Camerún. ¿Cuándo México pirateó a Colombia? ¿Y qué mal les hicieron los uruguayos a los ticos para ser sorprendidos y derrotados de manera tan poco piadosa?

Hay fiesta en las ciudades brasileñas. Hubo incidentes en Belo Horizonte y Fortaleza, y en la playa de Copacabana, en Río, unos 1500 argentinos de fiesta trataron de cerrar el tránsito en la Avenida Atlántica. La policía actuó con la delicadeza habitual –spray de pimienta en manos– y todo volvió a lo normal, o casi. Ah, sí: ayer el PSDB, principal partido de oposición, oficializó la candidatura de Aecio Neves para disputar la presidencia con Dilma Rousseff. A excepción de los que participaron en la convención del partido, nadie perdió más que dos minutos con la información.

Mucho más interesante era asistir a Italia e Inglaterra en la sofocante y lejana Manaos...

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